martes, 28 de febrero de 2017

VIAJE AL CORAZÓN HELADO DE SUIZA (II): GRISONES



señalización en Pigniu: pulcritud suiza
En nuestro recorrido por los barrancos glaciares suizos de 2015, la mayor parte de los objetivos que nos marcamos estaban en la zona conocida como Oberland, en el cantón de Berna. Ciertamente, allí se encuentran la mayoría de los mejores y más famosos descensos de este tipo: Trummelbach, Gamchi, Gries, Schwarzbach, Sefi... Sobre esta zona y sus posibilidades para el descenso de cañones ya escribí una pequeña guía de viaje el año pasado (ver aquí).

En la escapada de otoño de 2016, en cambio, aunque también pasamos por Oberland, dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo y nuestros esfuerzos a perseguir descensos situados en otra zona no menos interesante: el cantón de Grisones (en alemán: Graubünden; en francés: Grisons; en italiano: Grigioni; y en romanche: Grischun). El resultado deportivo del viaje fue éste:

- Schwarzbach (Berna). Uno de los imprescindibles de su cantón y del Oberland en concreto. Completo y técnico, pero también frío y duro.

- Ual Ault Vorab (Grisones). Después de ver llover durante un par de días, nos sirvió para evitar una tercera jornada en blanco. Fácil en lo técnico, pero excepcionalmente estético por sus caprichosas formaciones.

- Fluaz (Grisones).  Se nos había escapado en 2015, por lo que le teníamos ganas. Un gran descenso, físico y completo, que nos dejó muy satisfechos.

- Flem I y II (Grisones). Ante la imposibilidad de descender el Segnes, el último día del viaje nos acogimos al plan B. Descenso bonito, clásico dentro de los barrancos glaciares, que bajamos sin problemas y en la mitad del tiempo marcado gracias a un caudal bastante normalizado.


Esperábamos hacer alguno más, especialmente Segnes, la estrella de la zona, pero como siempre en Suiza -y en todas partes- el hombre propone y la meteorología dispone... El resumen podría ser que bajamos dos barrancos difíciles (Schwarzbach y Fluaz), uno que podría serlo pero que encontramos con caudal normal aunque gélido (Flem) y, finalmente, uno sin complicaciones y apto para todos los públicos (Ual Ault Vorab).

en el aparcamiento del Gavirolas, con un mar de nubes a nuestros pies

Como siempre, podéis saber más sobre estos descensos consultando en este blog sus entradas específicas. Lo que os dejo a continuación son algunos apuntes sobre el cantón de Grisones, extraídos de nuestra experiencia estos dos últimos años y que os pueden ser útiles si viajáis a la zona.



Sobre Grisones

¿Cómo ir?

Grisones acoge una buena cantidad de descensos interesantes, aunque algo repartidos a lo largo de la carretera 19. Si nuestra idea es establecer un único campamento base, desde el que ir haciendo un descenso tras otro, posiblemente la población mejor situada es Flims. Hasta aquí, tenemos 1198 kilómetros desde Barcelona o 1345 desde San Sebastián, es decir, 11 horas y media o 13 horas, respectivamente, más paradas. Todo lo que decía sobre peajes, tiempos y demás sobre Oberland es igualmente válido para Grisones.


principales descensos del cantón de Grisones


Es posible que no vayáis a Grisones del tirón, sino antes o después de visitar Oberland.  Ojo aquí: la ruta más corta entre Lauterbrunnen y Flims, la que pasa por Gletsch y Andermatt, es de 181 kilómetros, y es posible que el GPS os la recomiende. Sin embargo, si la tomáis tendréis que cruzar varios puertos de montaña que os harán el viaje interminable. Y eso si podéis hacer el recorrido, ya que esos puertos están a bastante altura y permanecen cerrados buena parte del invierno, si no todo. Por todo esto, lo recomendable es saltar de una zona a otra pasando por Lucerna, utilizando la autopista y haciendo más kilómetros, pero con menos problemas y en menos tiempo.



¿Qué descender?


Como sucede con el Oberland, en Grisones tenemos suficientes descensos de interés y calidad como para estar barranqueando varias semanas sin parar. Al este, en el lago de Pigniu, encontraremos los barrancos de Gavirolas, Fluaz y Aua dil Mer, todos ellos muy potentes. En la zona central, en el interior del dominio esquiable de Flims-Laax-Falera, podremos descender el sencillo Ual Ault Vorab, cualquiera de los cinco tramos del Flem (especialmente recomendables los tramos I y II) y, si los astros se alinean, el impresionante y peligroso Segnes. Continuando hacia el este, cerca de Trin, podremos visitar el Turnigla, un descenso tan clásico como bonito, imprescindible; y por último, ya cerca de las fronteras de Liechtenstein y Austria, podremos afrontar descensos imprescindibles como el Zanaibach, y complementarlos con actores secundarios como el Tersolbach. Estos dos últimos barrancos pertenecen, en realidad, al cantón de San Galó o Sankt Gallen, pero los incluímos por proximidad.


Flem II
Fluaz

Hay bastantes más (Lawoi, Hinterrhein, Tschanonca, etc.) y de diferentes niveles, aunque para los mejores es válido lo que ya dije hace un año: aquí se viene a sufrir. Eso sí, hay que reconocer que Tersolbach, o algunos clásicos como el Turnigla, son suficientemente benévolos y se dejan descender ya a finales del verano, sin necesidad de esperar a que las temperaturas se acerquen al cero aunque, eso sí, con mayor caudal. En el equilibrio entre temperatura y metros cúbicos por segundo está la clave.






¿Dónde comer y dormir?


la policía cantonal, interceptando a unos sospechosos (nosotros)
Igual que en 2015, nosotros optamos por dormir habitualmente en la furgoneta y, puntualmente, pernoctar en algún albergue u hostal. En la descripción del viaje del año pasado al Oberland ya advertía de que el bivac, la acampada libre o cualquier cosa que no sea dormir en un hotel no parece estar bien vista en Suiza, y este año lo hemos vuelto a comprobar... Si queréis evitar problemas y dormir calientes, en Laax podéis alojaros en el Backpacker Deluxe Hotel Capricorn. En este albergue de ambiente snowboarder se puede dormir desde 22 CHF la noche (habitación de 6 personas), tienen wifi y dan facilidades para poner a secar el material.

Acerca de dónde comer, Flims y los pueblos colindantes tienen  suficientes establecimientos para escoger en función de nuestros gustos y bolsillos. Nosotros, estos dos años, hemos acabado frecuentando el Restaurante Casanovas, al pie de la carretera a su paso por el interior de Flims. Regentado por portugueses, el personal habla castellano, tiene wifi abierto y su menú de mediodía cuesta 22 CHF. Si vamos mal de dinero y nos parece caro, lo más barato que encontraremos será un restaurante pizzería, tipo durum, en la acera de enfrente, en el que podremos comernos una pizza por unos 14 CHF.


¿Cuándo ir?

Nada que decir que no se haya dicho ya aquí. La cuestión es esperar a que los caudales bajen lo suficiente y evitar la llegada de las nieves, y eso suele darse entre octubre y noviembre. Sin embargo, la meteorología no es algo matemático... También hay que tener en cuenta las lluvias, que pueden hacer que tus planes se vayan al traste. En definitiva: controlad con antelación los caudales, las temperaturas y la meteorología y cruzad los dedos...


Segnes, una grieta apenas visible desde el otro lado del valle. Requiere un gran control previo de las condiciones.


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