Ya es habitual que los amigos suban a mi casa, algún que otro fin de semana, para pasar un par de días haciendo barrancos por allí. Hace unos días, sin embargo, se invirtieron los términos. Por una vez, y aprovechando que bajaba a Barcelona, decidimos reunirnos el sábado y abrir la temporada -¿llega a cerrarse alguna vez?- bajando alguno de los descensos del Prepirineo más cercanos a la ciudad. Al principio dudamos sobre qué barranco bajar. Luego nos dimos cuenta de que hacía años que no visitábamos el Pas de l'Escalell -en mi caso, ¡desde 2009!-, y quedó decidido.
El Escalell es un barranco deportivo, con una quincena de rápeles bien equipados -a base de químicos y parabolts- que se suceden de forma contínua, sin más interrupciones que un breve tramo llano antes del penúltimo rápel. El descenso está excavado en conglomerados y areniscas, y muestra un buen encajamiento. Y además está a apenas una hora del área metropolitana de Barcelona, por lo que la relación calidad-precio no puede ser mejor. Si vives allí, claro... La única cuestión a controlar será el caudal, que en estiaje acaba siendo muy bajo o directamente nulo. Claramente, la mejor época para descender el Pas de l'Escalell es la primavera y después de lluvias, siempre controlando que no nos pasemos de largo con los metros cúbicos que podemos asumir. En nuestro caso, el caudal encontrado fue más bien normal/bajo.
El descenso se inicia a apenas unos metros del lugar en el que se deja el coche. Entramos al cauce, superamos unos resaltes y no tardamos nada en llegar a los dos primeros rápeles, de doce o trece metros. Entre ambos se une al cauce un pequeño afluente por la izquierda. La cosa empieza con bastante ambiente.
El descenso se inicia a apenas unos metros del lugar en el que se deja el coche. Entramos al cauce, superamos unos resaltes y no tardamos nada en llegar a los dos primeros rápeles, de doce o trece metros. Entre ambos se une al cauce un pequeño afluente por la izquierda. La cosa empieza con bastante ambiente.
primer rápel: el tronco sigue allí |
recogiendo cuerda tras el segundo rápel |
Seguimos encadenando rápeles, sin prisa pero sin pausa. El siguiente, como ya dije en su momento, supera una poza intermedia y conduce a una segunda, amplia, que invita al salto. He de decir que la he saltado en ocasiones anteriores, pero en general, la experiencia me invita a hacerlo cada vez menos... y en particular, en esta poza uno no se puede fiar. A fecha del descenso que estoy relatando, el agua cubría por el pecho al pie de la cascada, aunque el fondo es relativamente "blando", a base de gravas.
superando la poza intermedia y bajando a la "saltable" |
resalte equipado -precariamente- en fijo |
El equipamiento es muy bueno en general, como ya hemos dicho. Sin embargo, aún encontramos un resalte bastante vertical equipado en fijo con una cuerda permanentemente en remojo, y que ya acusa un poco el paso del tiempo.
Tras ese paso, llegamos a varios rápeles encadenados que rondan los veinte metros. El primero tiene un pamanos recuperable para acceder con seguridad a la reunión, y también una reunión alternativa para descender por fuera del agua. Los siguientes son técnicamente más accesibles, y el conjunto es seguramente el mejor tramo del descenso.
en cabecera de un rápel de 21 metros |
esta zona es la más vertical e interesante |
rapelando sin problemas con un caudal bastante bajo |
Añadir leyenda |
Unos cuantos rápeles cortos más, y un breve tramo abierto nos conduce a la recta final del descenso, formada por los dos rápeles más altos de todo el recorrido: un trámite tras el que ya podemos recoger el material y tomar el camino de retorno al aparcamiento.
uno de los rápeles previos al tramo final |
penúltimo rápel (23m): el sol se agradece en esta época |
el último rápel (27m) es el más feo visto desde arriba... |
...pero desde abajo es algo más estético |
Datos de interés
Fecha del descenso: 18 de marzo de 2017
Dificultad: v3 a2 IV
Acceso desde: Vilada (Barcelona)
Aproximación: Saliendo de Berga en dirección norte por la carretera C-16, tras cruzar un túnel nos desviaremos a la derecha en dirección a Vilada. Al llegar a esta población, la cruzaremos y antes de abandonarla, por la izquierda tomaremos una calle siguiendo las indicaciones a Sant Romà de la Clusa. Al final de esa calle, volveremos a girar a la izquierda, atravesaremos unas parcelas sin urbanizar y nos adentraremos en la pista que conduce a Sant Romà y al castillo de l'Areny. Siguiendo siempre la pista principal, bordearemos el barranco en altura, atravesaremos un estrecho y llegaremos a unos prados y a una zona de picnic en la que aparcaremos. Aquí nos equiparemos, retrocederemos a pie unos metros y entraremos al cauce para encontrar, de forma inmediata, los primeros resaltes del descenso.
Descenso: de 2 a 3 horas.
Retorno: Después del último rápel, a pocos metros y por la derecha tomaremos un sendero bien trazado que, sin pérdida, nos subirá hasta la pista por la que llegamos en coche. Una vez en ella, la remontaremos hasta llegar al aparcamiento. Tiempo: 40 minutos aprox.
Rápel más largo: 27 metros según reseña (parece más corto, pero no lo medimos)
Material: cuerdas 2 x 30m, neopreno completo en condiciones normales
Observaciones: equipamiento en perfecto estado.
Lo mejor: deportivo, continuado y bien excavado
Lo peor: nada recomendable en estiaje
Valoración personal (de 0 a 4): 2,8
Fotos: David Sánchez, Xavi Guerrero
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