Las palabras otoño y Suiza van, desde el año pasado, unidas indisolublemente para mí. En esa época del año, en el país alpino se abren las puertas de algunos de los descensos más espectaculares - y muchas veces, también más duros y comprometidos - de Europa. Pero esas puertas se mantienen abiertas sólo durante unas pocas semanas, y eso obliga a estar atento con antelación, y a tenerlo todo listo para salir corriendo en cuanto las condiciones de meteorología y caudales son propicias. Algo que no siempre es fácil de compatibilizar con el trabajo.
El año pasado la cosa salió más que bien, y este año estábamos dispuestos a repetir. Las ideas bullían en nuestras cabezas, teníamos grandes clásicos pendientes y alguna que otra idea bastante ambiciosa, y poco a poco fuimos esbozando una lista de posibles descensos. Sin embargo, finalmente fue la meteorología la que acabó escogiendo en buena parte de los casos. En esta zona, la cosa funciona así. Segnes o Trummelbach, por motivos distintos, no pudieron ser y quedarán para próximas expediciones. No obstante, nos anotamos algunos descensos realmente buenos, el primero de ellos, el Schwarzbach.
el valle de Gastern, con las típicas casas de madera omnipresentes en Suiza |
El barranco era inédito para los cuatro del grupo, y la información de que disponíamos nos lo pintaba como realmente duro. El descenso normalmente se afronta más tarde, y los amigos que lo habían bajado en años anteriores lo habían hecho con nieve en el acceso, hielo en su interior y temperaturas bastante bajas en el exterior. El cañón empieza a 1800 metros de altitud y se encuentra orientado al norte, por lo que la insolación es mínima. Su entorno, el valle de Gastern, es muy frío, sus aguas están heladas, y el descenso es largo y tiene trabajo, de manera que no es un barranco cómodo ni sencillo. Sin embargo, la fortuna estuvo de nuestra parte y encontramos el barranco con un caudal alto pero asumible, limpio de nieve o hielo y con una temperatura ambiente más alta de lo normal para la época. Así, con suerte es posible descenderlo en unas condiciones menos extremas, por frío y caudal, que las que requieren habitualmente muchos de los descensos del Oberland, aunque siempre controlando antes y durante el caudal, la meteorología y la temperatura: no olvidéis que el Schwarzbach, en cabecera, tiene un glaciar de 44 kilómetros cuadrados que puede incrementar notablemente el volumen de agua del barranco durante nuestro descenso.
El Schwarzbach es un barranco frío y oscuro, en el que con el paso de las horas
podemos pasarlo mal si no vamos vestidos adecuadamente. Bien pulido y tallado,
el descenso se divide en tres tramos claramente diferenciados, separados por
partes abiertas de marcha (de 5 minutos la primera, pero de 15 la segunda). Esos
tiempos muertos restan puntuación a un barranco que ya de por sí es realmente
bueno, pero que si fuera contínuo, sería magnífico... y al mismo tiempo,
aligeran el compromiso y, si lo estamos pasando mal, nos permiten abandonar el
descenso con bastante dignidad.
Por lo demás, debe prestarse mucha atención al caudal con el que se afronta ya que, por un lado, varios rápeles deben descenderse obligatoriamente por el activo y no ofrecen alternativa; y por otro, muchas reuniones se encuentran en puntos elevados o expuestos y si ya es delicado acceder a ellas con caudal normal, no digamos con grandes volúmenes de agua. Además, y aunque el equipamiento está bien protegido, consiste la mayoría de las veces en reuniones monopunto, incluso en los rápeles más altos. Esto es una constante en la mayoría de barrancos de este tipo y estas regiones, y más vale ir mentalizado de que bajar cascadas de incluso cien metros desde un sólo parabolt aquí es algo normal.
Por mérito propio, estamos ante uno de los descensos imprescindibles del Oberland.
El primer tramo se inicia con rápeles cortos, y enseguida permite el escape por una pasarela en ruinas si no lo vemos claro. Aunque visto su estado, igual es más seguro continuar barranco abajo... Si seguimos adelante, nos esperan un par de rápeles por el activo, de 18 y 20 metros respectivamente.
Primeros pasos dentro del barranco, en un cauce... |
bien encajado y con mucho ambiente. |
R18, salida estrecha y ducha obligada |
El tramo también presenta una zona de oscuros... |
...que deja estampas realmente bonitas. |
Rápel que finiquita el primer tramo. |
Un breve espacio de cinco minutos de marcha nos separa del segundo tramo. Esta empieza con varios resaltes y rápeles cortos, pero enseguida se anima y gana verticalidad. Habrá que prestar atención, ya que algunas reuniones están muy altas o alejadas -es la única manera de ponerlas a salvo de las crecidas- y tienen accesos bastante expuestos. Más vale no resbalar al acceder a ellas...
Rápel de 10 metros. Acceso delicado. |
rápel de 7 metros |
Este tramo finaliza con un rápel de treinta y cinco metros que nos saca a terreno abierto. La cascada se precipita hacia el suelo pasando bajo un puente de roca, que también forma una ventana a la derecha. Gracias a ella, podemos escoger entre rapelar por dentro o por fuera del activo, según el caudal.
en el pasamanos, bajo el puente de roca |
David, en el rápel de 35 que montamos fuera del activo |
A continuación, no queda más remedio que caminar unos quince minutos por cauce abierto para llegar al inicio del tercer tramo. A esas alturas hace rato que uno está plenamente concentrado, de manera que esa zona muerta se recorre con impaciencia. Una vez dentro, un par de rápeles nos llevarán hasta uno de los pasos más interesantes del barranco: un rápel de 10 metros que forma un géyser en su salto al vacío.
El rápel del géyser... |
... es uno de los pasos más espectaculares del descenso. |
Josito, bajando a la agitada poza del rápel de 10 metros y su géyser. |
Tras él, las dificultades más interesantes son dos rápeles de 22 y 20 metros, el primero de ellos con una recepción agitada. Tras ellos, lo único que nos separa ya del suelo es una última cascada, también de 22 metros y posiblemente la más fea del descenso, con la que pondremos punto y final a uno de los mejores descensos del Oberland.
Luchando en el R22 |
El último rápel supera una pared algo descompuesta. |
Finalizando el descenso, con los increíbles plegamientos del Jegertosse (2154 m) de fondo |
Fecha del descenso: 24/10/2016
Cotación: v6 a5 IV
Acceso desde: Kandersteg (Berna, Suiza)
Aproximación: Desde el
mismo núcleo urbano de Kandersteg, continuaremos por la carretera hasta el
fondo del valle. Pasada la estación del telecabina, al final de la carretera
encontraremos un aparcamiento y el principio de la pista forestal que conduce a
Gasterntal. Para usarla, es necesario sacar un tíquet en la máquina expendedora
que encontraremos allí mismo. Tomaremos la pista, giraremos en un desvío a la
izquierda y ascenderemos rápidamente por una estrecha cornisa, atravesando
varios túneles en los que habrá que ser cuidadoso si llevamos furgoneta.
Cruzaremos el río, seguiremos ascendiendo y finalmente llegaremos al valle
superior. En un nuevo cruce, giraremos a la derecha, atravesaremos un puente y
aparcaremos al otro lado, junto a los árboles.
Ya a pie, seguiremos la
pista que se adentra en el bosque. Alcanzaremos varias casas de madera y
seguiremos las indicaciones a Gemmipass, torciendo a la derecha en un desvío.
Caminando ya por un sendero, ascenderemos dejando las cascadas finales a
nuestra derecha. La senda remonta sin descanso, pasa por el principio del
tercer tramo y más adelante cruza el barranco por un puente de madera, bajo el
que se inicia el segundo. Seguiremos subiendo, y finalmente alcanzaremos el
inicio del descenso en una zona claramente abierta, con el remontador de unas
pistas de esquí ya a la vista. Tiempo de acceso, una hora y media
aproximadamente.
Descenso: 4 horas 30
minutos
Retorno: Tras la última
cascada, cruzaremos el canchal de la orilla derecha y alcanzaremos
inmediatamente el camino de acceso. Sólo habrá que deshacerlo para volver al
coche (15 minutos aproximadamente).
Rápel más largo: 35 metros
Material: cuerdas 2 x 40 metros, neopreno completo, guantes. Recomendable material de instalación de repuesto.
Observaciones: Atención a la pista de acceso, es de sentido único y hay
horarios distintos de subida y de bajada (subida de y 45 a y 05; bajada de y 15
a y 35).
Lo mejor: técnico, estrecho, frío y duro.
Lo mejor: técnico, estrecho, frío y duro.
Lo peor: los quince minutos de progresión por cauce abierto entre los tramos segundo y tercero.
Valoración personal (de 0 a 4): 3'5
Fotos: David Sánchez, Xavi Guerrero
Fotos: David Sánchez, Xavi Guerrero
No hay comentarios:
Publicar un comentario