Mayo y principios de junio son días de impasse, una época en la que los barrancos primaverales ya se han normalizado, pero los más acuáticos todavía no se dejan. Tarde para un Liri, pronto para un Navarros. Ésta era nuestra disyuntiva hace un par de semanas. Giputxi y yo unimos nuestras fuerzas con la idea de buscar altos caudales y optamos por Bielsa. La meteorología, sin embargo, se puso en nuestra contra y descargó su furia en forma de tormentas la tarde del viernes, imposibilitando el descenso de alguno de nuestros principales objetivos.
De alguno.
El barranco de Sein, sin embargo, sí que cayó. Si la semana anterior había abandonado tras el primer rápel, esta vez lo vimos claro y pudimos disfrutar de este pequeño pero bonito y muy interesante descenso en unas condiciones de caudal tan altas como espectaculares.
El aspecto del embudo que forma el primer rápel ya era imponente, aunque no tanto como la visión de los resaltes siguientes y su poza de recepción, una auténtica olla de agua hirviendo... Para superar estos resaltes utilizamos una reunión en un árbol a la izquierda, innecesaria en condiciones de caudal normal.
El aspecto del embudo que forma el primer rápel ya era imponente, aunque no tanto como la visión de los resaltes siguientes y su poza de recepción, una auténtica olla de agua hirviendo... Para superar estos resaltes utilizamos una reunión en un árbol a la izquierda, innecesaria en condiciones de caudal normal.
Giputxi, bajando el primer rápel... |
...y superando los resaltes siguientes. |
El segundo rápel (tercero nuestro) no era difícil de gestionar, pero hubo que alargarlo para superar con él también el resalte siguiente, complicado de destrepar en estas condiciones. Hay que prestar atención a detalles como estos: con caudales altos todo cambia, y las cuerdas necesarias en condiciones normales se nos pueden quedar cortas. Otra muestra de lo cambiante de las condiciones es también el siguiente rápel: si el tronco normalmente molesta, con este caudal ayuda a superar el resalte sin entrar de lleno bajo el caño.
alargando nuestro tercer rápel |
a punto de superar el rápel con ayuda del tronco |
la abundancia de espuma dificulta ver donde se pisa, y la fuerza del agua arrastra los pies |
El descenso avanza muy rápido. Enseguida se llega al penúltimo rápel, en el que entrar en la vena y recibir su sacudida es inevitable. Tras él, el final se intuye cercano al llegar a la acequia que recoge agua del descenso para el riego. Una acequia que, en esta ocasión, se veía desbordada y devolvía al río buena parte de su contenido.
mucho jaleo en el penúltimo rápel |
último rápel: el final es inminente |
los dos, entrando en los últimos resaltes |
Superado este último rápel ya se ve la carretera, pero no hay que confiarse. Quedan dos resaltes, ambos saltables aunque el segundo oculta algún bloque y un rebufo pequeño pero con bastante mala leche. Después ya podremos pasar bajo el puente y dar por finalizado un descenso bonito e interesante, y en nuestro caso, también muy juguetón.
Para ver fotos del descenso en condiciones normales, podéis ver esta entrada de un descenso anterior.
Datos de interés
Cotación: v3 a3 II
Acceso desde: San Juan de Plan (Huesca)
Aproximación: Desde la carretera que lleva de Aínsa a Bielsa, tomaremos el desvío que se adentra en el valle de Chistau en dirección a Plan y San Juan de Plan. Al llegar a este último, seguiremos por la carretera bordeando su parte alta, y al llegar al Hotel Casa Anita, tomaremos una calle a la derecha. Saldremos de pueblo, y cruzaremos por un puente la garganta de los Pecadores. Cuatrocientos metros más allá, llegaremos al pequeño puente que cruza nuestro barranco. Aparcaremos donde no moleste, y poco antes del puente encontraremos el sendero que remonta el río por su orilla derecha. Lo seguiremos y a los quince minutos, cuando el camino gira bruscamente a la izquierda, seguiremos recto por una senda menos trazada que nos llevará en breve a una pasarela de hormigón en la que comenzar el descenso. No obstante, podemos bajar antes por donde veamos y evitar parte del tramo de río abierto inicial. Tiempo, 20 minutos.
Descenso: Barranco excavado y sostenido, con ambiente y de caudal permanente. Interesante y muy recomendable, aunque el hecho de que no aparezca en ninguna publicación parezca indicar lo contrario. Cinco rápeles de hasta 12 metros. Tiempo, 1h 15 min. aproximadamente (en condiciones normales).
Retorno: Tras pasar bajo el puente en el que hemos aparcado, saldremos por la derecha a la pista. Inmediato.
Material: 1 x 30 m más la cuerda de seguridad
Fotos: Xavier, excepto la última. Mi agradecimiento al chico que pasaba por el puente, nos fotografió y nos envió amablemente la foto.
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