viernes, 17 de enero de 2014

SALLENT DE PESSONADA


La montañas son escenarios en apariencia eternos, inmóviles. Sin inmutarse, sin apenas cambios, llevan siglos viendo a los hombres nacer y morir a sus pies, y encierran innumerables vestigios de nuestra historia. Pueblos abandonados, viejos búnkers y trincheras, maquinaria agrícola en desuso, antiguos molinos... La vegetación oculta muchas pruebas de lo que fuimos y de lo que hicimos. En el Prepirineo de Lleida, la comarca del Pallars Jussà es rica en vestigios del lado más sombrío de nuestro pasado. La zona, que fue escenario de combates durante la Guerra Civil de 1936-1939, está plagada de búnkers, trincheras y restos de construcciones militares de aquellos días. Varios de esos restos se reparten por la sierra de Pessonada, al sudeste de la Pobla de Segur, que formó parte del llamado frente del Pallars y en la que tomaron posiciones las tropas franquistas.

vista desde la bauma del corral de la Bastida, que sirvió de centro de comunicaciones del bando nacional durante la Guerra Civil

En esa misma sierra de Pessonada, y justo sobre el pueblo del mismo nombre, se encuentra el barranco de Sallent de Pessonada. En realidad se trata más bien de un torrente, de una vaguada que recoge el agua de lluvia, y que debe estar seco de forma casi permanente. Su interés reside en la vertical de noventa metros que da sentido al descenso, en las vistas del Pallars de las que puede disfrutarse desde lo alto y en la carga histórica del lugar. Por contra, se trata de un barranco bastante corto, y su interés deportivo es escaso. Hay cañones mejores, pero en esta época de impasse, en la que hace demasiado frío para los barrancos acuáticos pero demasiado poco para los descensos invernales, es una opción.

el inicio del descenso es un buen balcón sobre el valle y el pueblo de Pessonada

Los cuatro primeros rápeles son cortos y están poco o nada equipados, aunque pueden evitarse mejor o peor. Son una mera antesala de la vertical que espera poco más allá, y que consta de tres rápeles de veinte, quince y cincuenta y tres metros.

saliendo al vacío
bajando el rápel de veinte metros, primero de la vertical

























el rápel de quince atraviesa algunos matorrales
el rápel de 55 metros, casi todo volado
























Tras ellos no hay más que recoger las cuerdas y empezar a pensar en lo siguiente, porque seguramente nos habrá sabido a poco.


Datos de interés

Cotación: v4 a1 II

Acceso desde: Pessonada (Pallars Jussà, Lleida)


Aproximación: Entrando en la Pobla de Segur, viniendo desde Tremp, llegaremos a una rotonda en la que torceremos a la derecha en dirección a Sort. Cruzaremos el río por un gran puente, e inmediatamente, nos desviaremos a la derecha de nuevo en dirección a Pessonada. Tras unos kilómetros, entraremos en esta población por su parte alta (izquierda), y al llegar a las primeras construcciones aparcaremos donde no moleste. Allí mismo veremos el inicio de un sendero, señalizado "La Portella (pels escaligons)". Siguiéndolo a pie, pasaremos por la ermita de la Mare de Deu de la Plana, y luego torceremos a la derecha, hacia las paredes de roca, para ascender por una canal. Siguiendo las marcas amarillas, iremos zigzagueando y ganando altura a través de diferentes terrazas, y superaremos un paso equipado con grapas (opcionales) y barras de hierro. Tras él, abandonaremos las marcas amarillas, que se desvían a la izquierda, para volver al centro de la canal siguiendo hitos de piedra. Superado un embudo, saldremos a terreno más abierto y llegaremos a la bauma del corral de la Bastida. Por encima de ella está la carena: en ella tomaremos un sendero que nos sacará a una pista, y por ésta llegaremos a la vaguada, evidente, en la que empieza nuestro descenso (1h 15 min.). 

Descenso: Cuatro rápeles cortos en terreno bastante abierto conducen a una vertical de noventa metros fraccionada en tres rápeles. No hay más dificultad que la psicológica, derivada de la precariedad de las instalaciones y el patio que nos espera. 1 h 15 min.

Retorno: Al final del descenso, un sendero zigzagueante y algo pedido en ocasiones nos conducirá a una pista, y por ella volveremos al coche. 15 minutos.

Material: Cuerdas, 2 x 55 metros. Cintas y maillones de repuesto, equipo de espitar. El barranco es terreno de aventura, bonito eufemismo que significa que las instalaciones no existen o ponen los pelos de punta.

Observaciones: En la pared abundan los nidos de buitres. Mientras evolucionamos por la pared, el tráfico aéreo de esos simpáticos pájaros es constante. Sed respetuosos y no arméis jaleo.


2 comentarios:

CEAR Pont de Suert dijo...

Date prisa y ves preparando la goma, que tenemos faena por hacer, le dijo el maestro a su aprendiz. A lo que el aprendiz contestó, maestro para que preparar la goma si solo me llevas a barrancos secos.

Xavi Guerrero dijo...

Paciencia, pequeño saltamontes. Todo llegará... ;)

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