La montañas son escenarios en apariencia eternos, inmóviles. Sin inmutarse, sin apenas cambios, llevan siglos viendo a los hombres nacer y morir a sus pies, y encierran innumerables vestigios de nuestra historia. Pueblos abandonados, viejos búnkers y trincheras, maquinaria agrícola en desuso, antiguos molinos... La vegetación oculta muchas pruebas de lo que fuimos y de lo que hicimos. En el Prepirineo de Lleida, la comarca del Pallars Jussà es rica en vestigios del lado más sombrío de nuestro pasado. La zona, que fue escenario de combates durante la Guerra Civil de 1936-1939, está plagada de búnkers, trincheras y restos de construcciones militares de aquellos días. Varios de esos restos se reparten por la sierra de Pessonada, al sudeste de la Pobla de Segur, que formó parte del llamado frente del Pallars y en la que tomaron posiciones las tropas franquistas.
En esa misma sierra de Pessonada, y justo sobre el pueblo del mismo nombre, se encuentra el barranco de Sallent de Pessonada. En realidad se trata más bien de un torrente, de una vaguada que recoge el agua de lluvia, y que debe estar seco de forma casi permanente. Su interés reside en la vertical de noventa metros que da sentido al descenso, en las vistas del Pallars de las que puede disfrutarse desde lo alto y en la carga histórica del lugar. Por contra, se trata de un barranco bastante corto, y su interés deportivo es escaso. Hay cañones mejores, pero en esta época de impasse, en la que hace demasiado frío para los barrancos acuáticos pero demasiado poco para los descensos invernales, es una opción.
vista desde la bauma del corral de la Bastida, que sirvió de centro de comunicaciones del bando nacional durante la Guerra Civil |
En esa misma sierra de Pessonada, y justo sobre el pueblo del mismo nombre, se encuentra el barranco de Sallent de Pessonada. En realidad se trata más bien de un torrente, de una vaguada que recoge el agua de lluvia, y que debe estar seco de forma casi permanente. Su interés reside en la vertical de noventa metros que da sentido al descenso, en las vistas del Pallars de las que puede disfrutarse desde lo alto y en la carga histórica del lugar. Por contra, se trata de un barranco bastante corto, y su interés deportivo es escaso. Hay cañones mejores, pero en esta época de impasse, en la que hace demasiado frío para los barrancos acuáticos pero demasiado poco para los descensos invernales, es una opción.
Los cuatro primeros rápeles son cortos y están poco o nada equipados, aunque pueden evitarse mejor o peor. Son una mera antesala de la vertical que espera poco más allá, y que consta de tres rápeles de veinte, quince y cincuenta y tres metros.
saliendo al vacío |
bajando el rápel de veinte metros, primero de la vertical |
el rápel de quince atraviesa algunos matorrales |
el rápel de 55 metros, casi todo volado |
Tras ellos no hay más que recoger las cuerdas y empezar a pensar en lo siguiente, porque seguramente nos habrá sabido a poco.
Datos de interés
Cotación: v4 a1 II
Acceso desde: Pessonada (Pallars Jussà, Lleida)
Descenso: Cuatro rápeles cortos en terreno bastante abierto conducen a una vertical de noventa metros fraccionada en tres rápeles. No hay más dificultad que la psicológica, derivada de la precariedad de las instalaciones y el patio que nos espera. 1 h 15 min.
Retorno: Al final del descenso, un sendero zigzagueante y algo pedido en ocasiones nos conducirá a una pista, y por ella volveremos al coche. 15 minutos.
Material: Cuerdas, 2 x 55 metros. Cintas y maillones de repuesto, equipo de espitar. El barranco es terreno de aventura, bonito eufemismo que significa que las instalaciones no existen o ponen los pelos de punta.
Observaciones: En la pared abundan los nidos de buitres. Mientras evolucionamos por la pared, el tráfico aéreo de esos simpáticos pájaros es constante. Sed respetuosos y no arméis jaleo.
2 comentarios:
Date prisa y ves preparando la goma, que tenemos faena por hacer, le dijo el maestro a su aprendiz. A lo que el aprendiz contestó, maestro para que preparar la goma si solo me llevas a barrancos secos.
Paciencia, pequeño saltamontes. Todo llegará... ;)
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