viernes, 28 de febrero de 2014

BARRANC DE DURRO EN INVIERNO (QUE NO INVERNAL)


Por barranquismo invernal, uno entiende normalmente el descenso de barrancos con presencia de hielo y nieve, cosa que obliga a utilizar técnicas y materiales más propios de otras disciplinas como los crampones y los piolets. Saltarse las recomendaciones de las guías y del sentido común, y meterse en un barranco acuático a cero grados de temperatura sin hielo ni nieve a la vista, no es barranquismo invernal: es barranquismo en invierno, una variante del canyoning emparentada con el masoquismo. Una de esas aficiones que hacen que a tu madre se le pongan los pelos de punta mientras dice "Jesus!" y mueve la cabeza en señal de desaprobación.

Como parece que este año el hielo tampoco va a aparecer en los ríos ribagorzanos, la semana pasada Didier y yo decidimos abandonar la espera y meternos en el agua para disfrutar del dolor que provoca el agua helada en manos, pies y cara. Algo masoquistas sí debemos ser, porque nos gusta. Aún así, todavía no nos va el rollo demasiado duro, de forma que escogimos algo más bien corto. Descartado el Sant Martí a causa de su bajísimo caudal (no hay deshielo), volvimos a meternos en el barranc de Durro (v3a2II), que a diferencia del año pasado, ni siquiera tenía nieve. Lo blanco quedaba reservado para los picos de las montañas que rodean el descenso.
 
Aproximación por la carretera con Barruera abajo, en el valle


El descenso, por lo tanto, lo hicimos en condiciones normales si exceptuamos las bajas temperaturas. El resultado fue éste:




La ficha técnica del descenso ya la reseñé en la entrada del descenso invernal del año pasado, así que no la repetiré. Para verla, echad un vistazo aquí (ha sido actualizada).


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