De entrada, puede parecer que aquellos barrancos que llevan años abiertos y, pese a estar en zonas accesibles y visitadas, han caído en el olvido, nada bueno pueden ofrecer. Las viejas guías de Pere Miralles o Albert Batllori, hoy descatalogadas y difíciles de encontrar, recogen muchos descensos del Pirineo catalán que hoy día casi nadie visita. Algunos, ciertamente, no tienen demasiado interés. Otros en cambio, pese a tener cierto atractivo, han quedado eclipsados por vecinos más famosos, o simplemente pagan el precio de no aparecer en intenet o en las guías tipo "los mejores descensos de tal zona", que son las únicas que mucha gente tiene en la estantería. Pero son justamente esos descensos más o menos olvidados los que mantienen la capacidad de sorprenderte, de generarte esa intriga de no saber qué te encontrarás y en qué condiciones, y los que te permiten disfrutar de su interior en soledad.
Observando un posible objetivo con una meteo, digamos, inestable... |
A pesar de esas condiciones, mereció la pena. El barranco resultó simpático, corto pero continuado, excavado y entretenido. Además, el descenso es caudaloso, lo que lo hace más interesante. Por lo visto, hay una presa en cabecera que abre los fines de semana y eleva el caudal, pero no parece que ello sea determinante, ni que impida realizar el descenso. Aún así, es mejor tener en cuenta ese dato y ser cauteloso...
El descenso empieza con varios resaltes y rápeles cortos. Puede que alguno de ellos sea saltable, pero la presencia de algún árbol caído y lo oscuro de las pozas hizo que ni nos lo planteáramos.
Entramos más arriba de lo aconsejable, y nos tocó caminar por un tramo de río sin dificultad alguna |
Primer rápel del descenso, de unos seis metros |
El primer rápel, visto desde abajo |
Con caudal, algunos resaltes se bajan mejor con cuerda |
Poco a poco, el recorrido se va animando y no se tarda en llegar a los tres últimos rápeles, que además de los más altos del barranco, vienen seguidos, están bien formados y son interesantes. Sin duda, esta zona final es la que justifica el descenso, y justamente por ser lo último que guardaremos en la retina, ayuda a acabar la actividad con un buen sabor de boca.
Otro pequeño rápel |
En el tramo final: rápel acanalado de 9 metros |
Por fin, un poco de emoción |
Rápel de 23 metros que pone punto y final al descenso |
Puede que el Unarre no esté a la altura de un Infern, pero sin duda, merece una oportunidad.
Datos de interés
Fecha del descenso: 19 de marzo de 2016
Fecha del descenso: 19 de marzo de 2016
Cotación: v3 a3 III
Acceso desde: Escalarre (Lérida)
Combinación de coches: no
Aproximación: Desde la Guingueta d'Àneu nos dirigiremos al vecino Esterri d'Àneu, y en la entrada de esta última población, tomaremos un desvío a la derecha en dirección a Escalarre y Llavorre. Cruzaremos el Noguera Pallaresa, torceremos a la derecha en dirección a Escalarre y, en una curva a la derecha, a la entrada del pueblo, veremos un puente sobre un arroyo: es nuestro barranco. Aparcaremos procurando no molestar, y a pie seguiremos calle arriba hasta llegar a las últimas casas. Desde allí, tomaremos un camino que tiende hacia la izquierda y conduce a unos prados. Los rodearemos y por detrás retomaremos el sendero, que finalmente nos llevará al río. Donde lo cruza iniciaremos el descenso. Tiempo, 25 minutos.
Descenso: 2 horas 30 minutos
Retorno:
Tras el último rápel, con las casas del pueblo ya a la vista, seguiremos río abajo por la orilla derecha evitando entrar en los prados, hasta llegar al puente mencionado en la aproximación. La orilla izquierda puede ser tentadora, pero es propiedad privada y se encuentra vallada. Sed respetuosos. Tiempo, 10 minutos.
Rápel más largo: 23 m
Material: cuerdas 2 x 25 m, neopreno completo, material de instalación (las crecidas pueden dañar las instalaciones).
Observaciones: Atención al caudal, presa en cabecera que hace sueltas los fines de semana, aunque éstas no parecen imposibilitar el descenso.
Lo mejor: buen caudal en primavera, interés progresivo.
Lo peor: equipamiento justo aunque suficiente en las reuniones finales; alguna instalación está algo tocada por las crecidas.
Valoración personal (de 0 a 4): 2,6
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