increíbles colores en el tercer tramo del Vielia |
- Rio Ciorosolin. Uno de los mejor valorados tradicionalmente, a día de hoy completamente enronado por una crecida. Disfrutamos de unas condiciones atípicas y pudimos admirar los efectos de las fuerzas de la naturaleza, pero el peligro de caída de piedras no es una posibilidad: es una certeza. A pesar de que lo disfruté, no recomiendo el descenso.
- Gole di Soffia. Descenso magnífico, acuático y muy bien excavado. Más bonito que técnico, con una primera parte muy intensa, perfecta, y una segunda parte menos interesante.
- Val Zemola. Otro gran clásico, sobre todo con caudal alto. El descenso tiene mucho ambiente, y su interés crece a medida que se avanza. Múltiples saltos, y agua muy fría.
- Val Clusa. Barranco muy completo, con gran cantidad de rápeles muy continuados que nos hacen trabajar sin parar. Muy resbaladizo, sobre todo su tramo final.
- Val Fogarè Inferior. Muy estético, bien formado, sinuoso y con unos magníficos oscuros. Tiene menos renombre que los anteriores y es más corto, pero es igual de imprescindible.
- Val Vielia (tramos III y IV). La integral lleva de ocho a diez horas; los tramos tercero y cuarto, algo menos de la mitad. Lleva abierto pocos años, pero va camino de convertirse en un descenso clásico, sobre todo gracias al estrecho final del tercer tramo: uno de los pasajes más bonitos que he visto nunca en un barranco.
un bonito puente de roca en el Val Zemola |
espectacular salto de 15 m en el Fogarè inferior |
rapelando junto al caño en el Clusa, posiblemente el barranco más completo de la zona |
Tras esta entrada empezaré a desgranar uno a uno estos barrancos, pero antes hay que hacer una precisión: Soffia, Clusa y Fogarè inferior -entre otros- están dentro del parque nacional de los Dolomitas de Belluno... y por ello, están prohibidos.
Sólo por ese motivo yo no debería haberlos bajado, y de haberlo hecho, no estaría bien colgarlos aquí... Si hago una excepción a esas dos normas autoimpuestas (la de no bajar barrancos prohibidos, y la de no publicar sobre ellos) es por un único motivo: las mismas autoridades italianas no parecen creerse su propia normativa. En internet es fácil encontrar reseñas, vídeos y otra información de estos descensos. Eso me llamaba la atención desde hace tiempo, y una vez sobre el terreno es fácil entender por qué. Los barrancos de los que hablamos no están escondidos, no se encuentran en valles remotos ni en zonas solitarias. Al contrario, sus accesos y retornos pasan por entornos muy humanizados: parten de carreteras o aparcamientos públicos, pasan junto a bares y recorren caminos muy transitados por senderistas y turistas. A pesar de ello, los barranquistas se mueven por ellos sin ningún pudor, con todo el material bien a la vista y sin ningún impedimento. En todos los descensos teóricamente prohibidos encontramos colas. Si hay una normativa absurda, es aquella que nadie se encarga de hacer cumplir. Eso sí: sentido común. Si véis policías o forestales por allí, os recomiendo que no los pongáis a prueba. Sed discretos.
Dejémoslo aquí, que ya estoy hablando demasiado.
Para más información sobre la zona, sus posibilidades, alojamientos, etc... echad un vistazo a esta otra entrada del blog.
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