domingo, 11 de agosto de 2013

VAL DI BARES


Lombardía, 25 de julio. Después del Casenda y de una jornada de descanso por mal tiempo, decidimos entrar en materia y abordar los mejores descensos de la zona. Y empezamos por el que a la postre consideraríamos el mejor de todos: el Val di Bares (v5a4IV).

Habíamos leído acerca de los dilatados horarios de este descenso, por lo que madrugamos mucho y a las siete de la mañana ya estábamos empezando la aproximación. Además, y para evitar que al ser seis el descenso se nos alargara, decidimos llevar todos cuerda y agilizar la progresión. Finalmente, el conjunto de la actividad nos llevó diez horas clavadas, desde que salimos del aparcamiento y hasta que volvimos a él. Ello progresando por el barranco sin correr, haciendo fotos e incluyendo una parada para comer y otra más para, por decirlo así, descomer...

Sobre el descenso en sí, ¿qué decir? A todos nos pareció magnífico. Muy largo -unas cincuenta y siete cascadas- y con una total continuidad, exige un esfuerzo sostenido ya que no tiene espacios vacíos ni tiempos muertos. Nada de andar. Además, lo estético acompaña a lo deportivo, y tiene pasos realmente bonitos. Por todo ello, es el barranco imprescindible de la zona.

Primeros pasos dentro del barranco
Uno de los muchísimos rápeles cortos del descenso

La mayoría de los rápeles son cortos: en la primera mitad del descenso rara vez pasan de los diez metros. El rápel más largo del barranco, ya cerca del final, tiene unos treinta metros. A pesar de la poca altura, algunos de los rápeles bajan inevitablemente por el activo, por lo que debe irse con cuidado en caso de caudales altos.

El agua es inevitable en algunos rápeles
Evaluando el paso

El musgo en las paredes, el gneiss veteado de la roca y las pozas verde esmeralda hacen que este descenso, además de deportivo, también sea muy estético.
 
Juego de colores en una cabecera


Recepción verde esmeralda
Muchas cascadas pueden saltarse



las vetas en el gneiss indican el camino
Rápel corto pero estrecho



El descenso es en general encajado...
...aunque algunos rápeles también son abiertos


Rebo, jugando con el agua


Es hacia el final del descenso cuando nos encontramos con los rápeles más característicos -y más largos- del barranco.

Uno de los puntos más problemáticos con caudal...
...visto desde abajo y desde arriba

Uno de los rápeles más largos del descenso
Superando uno de los últimos rápeles

El descenso acaba súbitamente en una presa, desde la que iniciaremos el retorno. Después de un barrancazo como éste, y una actividad tan completa, a nosotros se nos quedó esta cara de felicidad. Es por barrancos así por lo que somos barranquistas.

Risas y felicidad después de bajar uno de los mejores barrancos de los Alpes



Datos de interés

Acceso desde: Gravedona (Sondrio, Lombardía, Italia)

Ascendiendo durante la aproximación
Aproximación: Desde Gravedona, a orillas del lago de Como, nos desviaremos por una carretera local en dirección a Peglio y Livo, y desde este último continuaremos hasta llegar a Dangri, al final de la pista. Aparcaremos, y cruzaremos el puente de piedra, ignoraremos un primer desvío a la izquierda y tomaremos el segundo. Continuaremos por el sendero principal, que deja atrás el valle de Borgo y se adentra en el valle de nuestro barranco y lo remonta por su orilla derecha orográfica, después de cruzar junto a algunas casas no siempre en buen estado. Ascendiendo sin pausa, el sendero se acerca finalmente al cauce en una placa de roca, en una zona abierta y muy evidente. Ya podemos entrar (2 h aprox., aunque a nosotros sólo nos llevó 1h 30 min.)

Descenso: de 7 a 9 horas, según grupo y caudal.

Retorno: Desde la presa donde finaliza el descenso, seguiremos un sendero que en 30-40 minutos nos devolverá a Dangri y al aparcamiento. Ignorad una bifurcación a la izquierda.

Cuerdas: 2 x 30 m más la de socorro. Recomendable que todos lleven cuerda para agilizar el descenso.


Fotografías: Xavier, David Sánchez, Bernat Castells, Harkaitz

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