jueves, 22 de noviembre de 2012

SALTO D'O CIEGO


Guara. La última vez que estuve allí, hace año y medio, nos abrieron el coche y nos robaron las mochilas con la ropa seca. Aquel día, a mí me robaron también las ganas de volver a una zona que, aparte de las cerraduras forzadas y los cristales rotos, en plena temporada también padece una gran masificación. Todavía recuerdo un domingo de abril en que, en la cabecera del Mascún, nos encontramos sesenta personas -¡sesenta!- haciendo cola en el Saltador de las Lañas...

Sin embargo, tarde o temprano vuelves al lugar del crimen. En plena temporada baja, y a pesar de las lluvias, pasamos en la sierra este último fin de semana. La lluvia sólo nos dio tregua el domingo, y decidimos aprovecharlo haciendo un barranco. La zona escogida fue Vadiello, y el atípico descenso escogido, el Salto d'o Ciego (v5a1II), parte superior de la conocida Canal del Palomo: una gran vertical de 170 metros de desnivel y tan sólo 80 metros de longitud, en conglomerado y sin agua, abierta en octubre de 2009 y en la que hay instalados un total de siete rápeles de hasta 41 metros. El descenso es diferente, y para alguno de mis amigos, ni siquiera debería considerarse un barranco. Sin embargo, tiene unas vistas magníficas y es perfecto para disfrutar del vértigo. Diría que es apto sólo para amantes de lo extremadamente vertical.


Grandes vistas al alcanzar la cresta durante la aproximación
Aproximación: Desde el pueblo de Loporzano, próximo a Huesca, tomaremos la carretera HU-330 que lleva al embalse de Vadiello. Pasaremos los desvíos a Castilsabás y Santa Eulalia la Mayor, y nos adentraremos en el congosto que forma el río Guatizalema. Después del refugio de Peña Guara, en una curva a la derecha y tras pasar un puente, veremos una pequeño aparcamiento, donde dejaremos el coche. Desde aquí sale un sendero ascendente por la derecha. Seguiremos por él, ignoraremos un primer desvío a la izquierda (que luego será nuestro retorno) y llegaremos a la cresta, donde enlazaremos con un sendero mucho más marcado y seguiremos hacia la izquierda. El camino conduce a una canal por la que llegaremos, trepando en algunas ocasiones, hasta lo alto de los mallos. Una vez fuera de la canal, la vegetación se despeja. Cuando veamos a nuestra izquierda las montañas del otro lado del valle del Isarre, nos desviaremos hacia ese lado, buscando la vaguada que forma la cabecera de nuestro descenso. Está señalizado con hitos. La reseña marca un tiempo de acceso de una hora, pero nosotros no podemos corroborarlo porque... una vez en lo alto de los mallos, nos desorientamos y caminamos un rato más, hasta darnos cuenta del error.

En esa aproximación puede disfrutarse de las vistas sobre Vadiello, y también de la compañía de muchas, muchísimas cabras, que no siempre salen huyendo a nuestro paso.


Vadiello y la peña de San Cosme, con los barrancos de la Canaleta y de las Cuevas de la Reina

Descenso: Una vez en el inicio del barranco, la vaguada que tenemos delante no aparenta gran cosa, salvo por el patio que se intuye más abajo. Un primer rápel desde un árbol (5m) lleva hasta la reunión del segundo, en una repisa. Desde allí hay que rapelar 15 metros hasta la tercera reunión, esta sí, colgada. Como todas las demás del descenso, está formada únicamente por dos parabolts con chapa y anilla, por lo que en ellas no caben más de dos personas.


Bajando el segundo rápel, camino de la instalación colgada
 
La primera parte es menos aérea, pero ya se intuye el patio que nos espera más abajo

Con el tercer rápel, de 23 metros, se finaliza el primer salto del descenso, de unos 45 metros en total. Antes de continuar puede abandonarse por las fajas de la izquierda, que permiten volver a la parte superior de los mallos y al camino de acceso.

Siguiendo adelante, tras unos destrepes llegamos en seguida al gran circo, la parte más vertical. Está equipada para descenderse en cuatro rápeles de 18, 41, 32 y 36 metros, todos menos el primero con reuniones colgadas. 

Llegados a este punto escuchamos los primeros truenos, de manera que decidimos acelerar el paso y descender el salto en dos tiradas de sesenta y setenta metros aproximadamente, aunque para ello tuviéramos que bajar en simple. Al ser la línea de rápel practicamente rectilínea y sin péndulos, no tuvimos problemas de roces ni de recuperaciones.


Segunda y última tirada, volada y de 70 metros
Saltándonos R5 en busca de R6























  


Recuperando sin problemas
Aquí casi puede verse todo el descenso
























De esta manera, el descenso se nos hizo bastante rápido, y antes de darnos cuenta ya estábamos recuperando las cuerdas al pie del salto. En total, nos llevó aproximadamente una hora y media.

Al principio, el retorno es muy aéreo
Retorno: El descenso puede enlazarse con la Canal del Palomo. Si no lo hacemos, como fue nuestro caso, saldremos por las cornisas de la izquierda, equipadas con cable o línea de vida y algunos clavos. Más adelante, ya en terreno menos aéreo, sólo nos quedará seguir el sendero descendente que vuelve al camino de acceso, y por él al aparcamiento. 30 a 45 min.

Cuerdas: 2x45m para dos personas, prever más cuerdas si el grupo es más numeroso (en las reuniones colgadas sólo caben dos personas).


miércoles, 14 de noviembre de 2012

RIERA DE RUPIT - SALT DE SALLENT



Con agua, la cascada es realmente bonita
El agua es el gran aliciente de los barrancos, pero la verticalidad es el otro elemento que te hace poner serio en esto del descenso de cañones. No sólo por el elemento psicológico de colgarte a cien metros o más del suelo, sino por la logística y la estrategia a seguir a la hora de encadenar rápeles en medio de una pared, utilizando reuniones sin apoyos para los pies y en las que muchas veces no caben más que dos personas. Este pasado fin de semana volvimos nuestra mirada hacia este tipo de descensos y fuimos hasta Rupit, un pequeño y turístico pueblo cercano a Vic (Barcelona) para descender el Salto de Sallent de la riera de Rupit (v5a2II). Se trata de una cascada de unos cien metros de altura muy vistosa y admirada por los senderistas, con la que la citada riera salva los riscos o cingles de Pujolràs.

El descenso aparece en algunas de las guías clásicas de Cataluña -Descenso de Cañones, Barcelona Tomo I de Edu Gómez y Guia pràctica del descens de barrancs i engorjats de Catalunya de Pere Miralles-, y también en alguna otra. Sin embargo, desde 1994 y 1995, años en que se editaron esas guías, las instalaciones han mutado y se han multiplicado, mientras que no han salido a la luz nuevas reseñas que reflejen los cambios. Según hemos leído, la cascada se abrió por su derecha orográfica, y en ese lado han proliferado las reuniones, de tal manera que siguiendo la línea original, hoy puede escogerse entre diferentes instalaciones que permiten fraccionar las dos tiradas de cincuenta metros iniciales y recuperar mejor las cuerdas. La línea de rápeles va por fuera del agua y las instalaciones son buenas, a base de químicos con anilla o bien unidos con cadena. Ésto es lo que pudimos observar en nuestro recorrido por la pared:


Esa línea no es la única posible. En la misma derecha orográfica hay otra más cercana al agua, aunque no sabemos cuántos rápeles la forman ni de qué longitudes: junto al chorro se ven los primeros químicos de un pasamanos cuyo final no se ve desde arriba. Y por último, por la izquierda orográfica, parece que puede descenderse la cascada en dos rápeles: el primero a instalar en una encina y el segundo en una reunión a base de químicos algo escondida, y desde la que se baja hasta el final por el activo. El rápel más largo por aquí sería de 60 metros aproximadamente.

Tenemos curiosidad. Si alguien lee esto y tiene más información de primera mano de esas otras líneas de descenso -número de rápeles, situación, longitudes...-, por favor, que deje un mensaje en este post o nos envíe un mail, y completaremos el croquis de aquí arriba. Gracias.

En lo que a nuestro descenso respecta, partimos de una primera reunión, monopunto, situada en una repisa a la derecha orográfica. En ella montamos un rápel de unos cinco metros, en diagonal, para ir a buscar la segunda reunión, en otra repisa algo más abajo y a la derecha. Desde aquí nos espera un rápel de 25-30 metros -puede que menos, pero es mejor pasarse que no llegar- hasta la siguiente reunión. 


Un alto en el camino hacia R3 para desenredar las cuerdas

La tercera reunión que utilizamos (R3 en el croquis) se encuentra colgada en un saliente por encima de la gran repisa central. Justo al lado, a su derecha, se encuentra otra reunión peor y más antigua, en la que puede colgarse nuestro compañero/a mientras espera su turno...


R3, a base de químicos con cadena, y a su lado la vieja R3a y su cuerda roída

Desde R3, nos descolgamos unos treinta metros hasta R4, una reunión colgada para dos personas máximo, formada por dos químicos unidos por cadena, y unos dos metros más abajo, un solitario químico con anilla (¿punto de espera para el compañero?). Por el camino, a mitad de cascada, se cruza una enorme repisa con tierra y vegetación. Invita a pararse ahí, pero no hay ninguna reunión, salvo un natural en los árboles de la derecha que no parece muy recomendable.


Anaïs superando la repisa, camino de R4


El último rápel es, sin duda, el más estético
Desde R4, ya sólo queda descolgarse unos cincuenta metros hasta la base de la cascada, en el rápel más estético y disfrutón de todos. Aún así, puede fraccionarse una vez más, ya que diez o quince metros por debajo de R4, hay una repisa húmeda y resbaladiza en la que encontraremos una última reunión, también a base de químicos. Si no fraccionamos, el sitio nos servirá para comprobar si las cuerdas llegan bien abajo o no. Ni siquiera caeremos dentro de la enorme badina, sino que llegaremos a una repisa en la que podremos soltarnos y recuperar cuerdas tranquilamente sin tener que bañarnos si no queremos. Algo que empieza a no apetecer.


Siguiendo la línea descrita no tuvimos ningún problema en la recuperación de las cuerdas, ni roces peligrosos. El descenso nos dejó muy buen sabor de boca, aunque eso sí: seguro que con la cascada seca, la cosa cambia. A programar, pues, después de lluvias.



Una vez abajo hay que girarse y admirar la cascada
La foto de recuerdo de rigor



























Datos de interés

Población: Rupit (comarca de Osona, Barcelona)

Aproximación: Entrando en el pueblo de Rupit, superaremos un aparcamiento y giraremos a la derecha, cruzando un puente sobre la riera de Rupit. Dejaremos atrás las casas, y seguiremos por una pista asfaltada. Pasaremos dos bifurcaciones, que tomaremos siempre a la izquierda, y llegaremos a unos prados con espacio de sobras para aparcar. Dejaremos aquí el coche, y continuaremos a pie por la pista, bordeando los riscos y llegando al inicio de la cascada en apenas 10 minutos.

Si en lugar de en coche, hemos llegado en furgoneta, el lugar es perfecto para pasar la noche (es furgoperfecto, vamos...).


Descenso: sólo el Salt de Sallent, de 1 a 2 h, en función del número de fraccionamientos que hagamos.


Riscos o cingles de Pujolràs, a la izquierda del salto
Retorno: El barranco tiene continuidad más allá del salto, pero nosotros no seguimos. A la izquierda orográfica de la badina de recepción tomaremos un sendero, poco trazado al principio pero muy claro a medida que avanzamos y que se mantiene próximo al pie de la pared. Tras unos minutos, llegaremos al camino mucho más marcado que viene del torrente de Gravet: lo seguiremos hacia la izquierda, y ascenderemos por una canal hasta lo alto de los riscos. El camino continúa, primero hasta un mirador, y luego hasta el punto de inicio del descenso. Tiempo: 30 a 45 min. hasta el coche.

Cuerdas: 2 x 60 m
 

martes, 6 de noviembre de 2012

EFECTOS DE LA LLUVIA SOBRE EL SORROSAL


Este fin de semana hemos estado en Broto, Huesca. La previsión meteorológica era mala de entrada, así que no contábamos con barranquear. Las lluvias previstas llegaron a partir de la tarde-noche del sábado, y el domingo amaneció lluvioso y muy cerrado. Estando allí, era obligado seguir la evolución de las cascadas de Sorrosal.

La cascada, con un buen caudal ya antes de la lluvia, y unas horas después

Aguas abajo de la cascada: obsérvense las ramas enganchadas a la barandilla por una crecida anterior reciente
En las veinte horas que van de una foto a la otra, los pluviómetros de Fiscal y El Cebollar, los más cercanos a Broto aunque situados fuera de la cuenca de recepción del barranco, recogieron un total de 16 y 20 l/m2 respectivamente. Son unas precipitaciones normales, nada extraordinarias, pero en la cuenca impermeable del Sorrosal generan un efecto tan vistoso y espectacular como peligroso. Imaginemos, pues, lo que pueden hacer unas lluvias mucho más intensas, como las del mes de octubre pasado...

Evolución del caudal del Ara en los últimos quince días. Fuente: SAIH Ebro

Los barrancos son un elemento vivo. No lo olvidemos nunca.
Related Posts with Thumbnails