lunes, 28 de mayo de 2012

BARRANC DE SANT MARTÍ


Ya es la hora. La jornada de trabajo se ha acabado, recojo mis cosas y me preparo para irme. El jefe me entretiene un poco, como siempre, pero no tardo en salir por la puerta. Me subo al coche y me acerco a casa de Didier, cinco calles más allá. Me está esperando. Carga su mochila en el maletero, se sienta y empezamos a hablar, mientras enfilo primero la carretera que lleva a Vielha y luego me desvío para adentrarme en el valle de Boí. En apenas quince minutos ya hemos llegado a nuestro destino: el punto de inicio del barranco de Sant Martí (v4a3II). ¿Cuantos barrancos tenéis vosotros a quince minutos de casa?

El descenso con el que aprovechamos la tarde es un perfecto desconocido deportivamente hablando, ya que fue abierto hace poco menos de un año. Y eso que no se encuentra demasiado escondido... Empieza en el pueblo de Boí (Valle de Boí, Lleida), junto a las casas, de forma que incluso podría considerarse un barranco "urbano".
Incluyendo acceso, descenso y retorno, la actividad lleva unas dos horas, por lo que es perfecto para combinarlo con otros descensos o para aprovechar una tarde. Eso sí, es también un descenso intenso, porque al menos en estas fechas, su caudal es algo fuerte. De los cinco rápeles que tiene, sólo el primero se hace por el activo, por lo que en estas condiciones el volumen de agua no da problemas, pero sí ambiente.

Debajo de un puente se encuentra el primer rápel, sin duda el más intenso del descenso.

Puente bajo el que empieza el descenso
El primer rápel, por el caño


 





















Luego se camina unos cien metros por cauce abierto, para entrar en un tramo más encajado. Tras varios resaltes se llega al segundo rápel.

El segundo rápel, el más alto del descenso (15 metros)

Acto seguido se llega a una nueva cascada, de unos quince metros, que se sortea mediante dos rápeles de 5 y 8 metros. Ambos esquivan el agua, que baja con fuerza.


Los rápeles evitan el agua como norma




















Después de esto, el cauce gira a la derecha y continúa formando diferentes resaltes. La poza de alguno de ellos cubre, pero el agua está muy turbia a causa de la gran cantidad de sedimentos que arrastra el río, y es imposible saberlo a vista. Uno de esos resaltes está equipado para rapelarse desde un puente de roca, pero un desprendimiento reciente ha dejado un bloque enorme taponando la salida natural de ese rápel. No hay problema, porque puede destreparse.

Algunos resaltes resbalan y son delicados por el caudal























De resalte en resalte, al final se alcanza la represa que pone punto y final a este descenso, corto pero entretenido y, sin duda, más interesante que su vecino Durro, por ejemplo.


Un último apunte: aguas arriba del barranco hay instalaciones hidroeléctricas que pueden hacer variar de forma imprevista el caudal, y elevarlo en cuestión de segundos. Mucho cuidado con esto, que no es simple teoría. Nosotros lo comprobamos estando en cabecera del segundo rápel. Afortunadamente, casi tan rápido como subió, luego bajó... Insisto, mucho cuidado.

lunes, 7 de mayo de 2012

BARRANCO DE BONO


Ya no recuerdo la última vez que bajé un barranco bajo el sol y con temperaturas agradables. Un fin de semana más, las nubes y la lluvia han vuelto a presentarse en la Alta Ribagorça. Y a pesar de todo, hemos insistido en seguir barranqueando, casi con resignación. Lo bueno de esta lluvia fina intermitente que cae por aquí desde hace unas semanas es que los caudales se han alegrado considerablemente. En estas condiciones, el sábado Didier y yo aprovechamos para descender el barranco de Bono (v4a2II) con caudal elevado y, por tanto, mayor interés.

Primeras rampas del descenso
Para acceder, seguimos el camino que sale del pueblo de Bono y, siempre por la derecha hidrográfica, asciende sin tregua hasta un afluente, pasado el cual hay que descender por donde mejor veamos hasta el cauce.

En sí, el descenso tiene un carácter abierto en general, carácter que sólo varía en un par de estrechamientos puntuales y en el tramo final, claramente diferenciado, que contiene los dos rápeles más altos, verticales y bonitos. 





La primera parte es la menos interesante. Está compuesta por rampas de mayor o menor longitud, algunas destrepables pero otras no. Todas las rapelables menos una se encontraban desequipadas, por lo que fuimos equipando reuniones en naturales a base de cuerdas y maillones. Aún así, sigue quedando algún que otro destrepe bastante largo y algo expuesto. En estiaje está claro que esta parte no vale demasiado la pena, pero con caudal tiene su gracia.





Rapelando casi siempre desde algún árbol
Una de las pocas zonas estrechas























Con caudal, algunos pasos son espectaculares
La última rampa antes del tramo más vertical
























La segunda parte, lo mejor del descenso, la forman los dos rápeles de 27 y 41 metros, verticales y enmarcados en un entorno más encajado. El primero no tiene mayor complicación; en cambio, la reunión del segundo, alejada, expuesta y con poco espacio, obliga a montar un pasamanos con dos puntos intermedios.

Rápel de 27 metros
Fin de fiesta, rápel de 43 metros
























Esta parte puede hacerse de forma independiente, ya que el camino pasa bastante cerca de la cabecera del rápel de 27 metros. Desde luego, son los rápeles que le dan interés al descenso. Tras ellos se sale enseguida del cauce, y llegar al coche es algo casi inmediato.

A ver si con algo de suerte, el próximo día que decida hacer barrancos hace sol y las temperaturas pasan de los 10 grados...

jueves, 3 de mayo de 2012

BARRANC DE ROI


Después del barranc d'en Solà, y para completar el día, Frank y yo recorrimos los apenas seis kilómetros que separan Astell del cruce de Castell-Estaó, y volvimos a cargarnos las mochilas para bajar esta vez el barranc de Roi (v2a2II). De esta manera, y después de tanto tiempo sin barranquear juntos, rematábamos nuestro reencuentro con un descenso que, si bien es bastante sencillo, deja un sabor de boca mucho mejor que el anterior.




El barranco se llama así por el característico color rojizo (roi) del terreno en esta zona. Se encuentra en el lado norte del pueblo de Castell-Estaó, en el municipio de la Torre de Cabdella (Lleida). Para acceder a él, y tomando como referencia La Pobla de Segur, saldremos de esta población por la ctra. N-260 hacia Senterada, y una vez allí tomaremos la carretera L-503 en dirección a Cabdella. Tras varios kilómetros, llegaremos a un cruce bien señalizado en el que, por la izquierda, se va a Antist y a Castell-Estaó. Giraremos en esa dirección y aparcaremos de inmediato, en el arcén derecho. Unos metros más adelante, encontraremos un camino balizado que parte de unas ruinas y que nos llevará hasta el pueblo de Castell-Estaó por entre el bosque. Justo al salir a un collado, con el pueblo ante nosotros, nos desviaremos hacia la derecha y tomaremos un sendero por el que descenderemos hacia el cauce del barranco, visible más abajo (40 minutos).

Además de las ruinas mencionadas, y si somos algo observadores, durante la aproximación veremos más abajo los restos de otras construcciones. Todo ello formó parte en su día de la que fue la primera mina de uranio de España, la Mina Eureka. A causa de su inviabilidad comercial, sus cuatro galerías sólo estuvieron abiertas de 1962 a 1965, aunque sus cicatrices perduran hoy día.

Pero volvamos al descenso. Después de empezar por un tramo algo abierto, el cauce se excava y estrecha, aunque las paredes que nos rodean siempre serán bajas. A lo largo del recorrido iremos alternando los resaltes con rápeles de hasta 12 metros. Nada complicado con el caudal normal, aunque lo resbaladizo del cauce obliga quizá a prestar más atención de lo habitual.

resalte al inicio del descenso
el primer rápel obligado, de unos 6 m























  
pasillo tras el primer rápel
la profundidad siempre es escasa























recogiendo tras el tercer rápel, con pasamanos
el barranco tiene rincones muy estéticos























  
el agua abundante da ambiente al descenso
otro bonito rincón que recordar























El punto final lo pondrán dos rápeles encadenados, de unos seis metros cada uno, con el puente de la carretera a la vista. En su lugar puede hacerse una única tirada, por la izquierda y en seco, pero vaya, ya que estamos...

Y no hay más. Después de recoger las cuerdas, subiremos por la izquierda a la carretera y caminaremos hacia la derecha, hasta llegar al cruce donde dejamos aparcado el coche (10 minutos).


martes, 1 de mayo de 2012

BARRANC D'EN SOLÀ


21 de abril. De una semana para otra, la meteorología continuó con la misma tónica. Y yo también. Además, a última hora del viernes Frank me planteó subir el sábado a la Vall Fosca (Lleida) para bajar en el día un par de barrancos que todavía no conocía, de modo que ya teníamos todos los ingredientes: compañía, un plan... y un día lluvioso.

El primero de los escogidos fue el Barranc d'en Solà (v3a2II), situado en las inmediaciones del pueblo de Astell. Se trata de un descenso corto (de 2 a 3h según grupo), con rápeles de hasta 17 metros en un cauce predominantemente abierto y ramposo, y un equipamiento envejecido y precario, a base de naturales y spits. Un barranco de interés local, en definitiva.

Desde su punto de inicio, y tras unos ciento cincuenta metros de río abierto, haremos un pequeño rápel y un par de toboganes de poca altura. Con esto llegaremos a dos rápeles seguidos de 14 y 17 metros. Para acceder al primero, situado en lugar expuesto al final de una rampa, debe montarse un pasamanos desde un árbol algo más atrás.














































Un resalte más allá, encontraremos la parte más encajada del descenso: dos rápeles encadenados de 17 metros cada uno, en un estrecho acanalado y resbaladizo. Acto seguido, haremos un tobogán de 10 metros. Si no nos fiamos, cuenta con instalación para rapelar. Seguiremos por una zona más abierta, atravesaremos una valla para ganado...
























...y más de lo anterior. Haremos un rápel de unos 12 metros, atravesaremos un brevísimo paso encajado...
























...y luego bajaremos otro buen tobogán de 10 metros, para acabar con un último rápel y despedirnos del barranco al llegar al puente de la carretera.
 






















Si alguien quiere presumir de haber bajado la integral, puede continuar pasando bajo la carretera y descender el tramo inferior, que no parece muy distinto al superior. Nosotros lo dejamos aquí.

Acceso: Desde Senterada (Lleida), tomaremos la carretera L-503 en dirección norte, hacia Cabdella. Poco más allá del kilómetro 12, nos desviaremos a la izquierda hacia Astell, y una vez en este pequeño pueblo aparcaremos junto a la iglesia, o donde menos moleste. Desde allí, continuaremos a pie carretera arriba, y pasado un establo, al salir del pueblo, tomaremos una pista ascendente hacia la derecha. Llegaremos a unos prados en los que podremos atajar por algunos senderos, para volver más adelante a la pista. Siguiéndola hacia la derecha, acabaremos llegando a la semiderruida Borda del Ferrer, desde la que bajaremos al cauce. En total, tardaremos unos cuarenta minutos.

Retorno: Al final del descenso, saldremos por la izquierda al puente de la carretera. Una vez sobre el asfalto, no queda más que seguir hacia la derecha y llegar a Astell en unos diez minutos.

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