lunes, 7 de mayo de 2012

BARRANCO DE BONO


Ya no recuerdo la última vez que bajé un barranco bajo el sol y con temperaturas agradables. Un fin de semana más, las nubes y la lluvia han vuelto a presentarse en la Alta Ribagorça. Y a pesar de todo, hemos insistido en seguir barranqueando, casi con resignación. Lo bueno de esta lluvia fina intermitente que cae por aquí desde hace unas semanas es que los caudales se han alegrado considerablemente. En estas condiciones, el sábado Didier y yo aprovechamos para descender el barranco de Bono (v4a2II) con caudal elevado y, por tanto, mayor interés.

Primeras rampas del descenso
Para acceder, seguimos el camino que sale del pueblo de Bono y, siempre por la derecha hidrográfica, asciende sin tregua hasta un afluente, pasado el cual hay que descender por donde mejor veamos hasta el cauce.

En sí, el descenso tiene un carácter abierto en general, carácter que sólo varía en un par de estrechamientos puntuales y en el tramo final, claramente diferenciado, que contiene los dos rápeles más altos, verticales y bonitos. 





La primera parte es la menos interesante. Está compuesta por rampas de mayor o menor longitud, algunas destrepables pero otras no. Todas las rapelables menos una se encontraban desequipadas, por lo que fuimos equipando reuniones en naturales a base de cuerdas y maillones. Aún así, sigue quedando algún que otro destrepe bastante largo y algo expuesto. En estiaje está claro que esta parte no vale demasiado la pena, pero con caudal tiene su gracia.





Rapelando casi siempre desde algún árbol
Una de las pocas zonas estrechas























Con caudal, algunos pasos son espectaculares
La última rampa antes del tramo más vertical
























La segunda parte, lo mejor del descenso, la forman los dos rápeles de 27 y 41 metros, verticales y enmarcados en un entorno más encajado. El primero no tiene mayor complicación; en cambio, la reunión del segundo, alejada, expuesta y con poco espacio, obliga a montar un pasamanos con dos puntos intermedios.

Rápel de 27 metros
Fin de fiesta, rápel de 43 metros
























Esta parte puede hacerse de forma independiente, ya que el camino pasa bastante cerca de la cabecera del rápel de 27 metros. Desde luego, son los rápeles que le dan interés al descenso. Tras ellos se sale enseguida del cauce, y llegar al coche es algo casi inmediato.

A ver si con algo de suerte, el próximo día que decida hacer barrancos hace sol y las temperaturas pasan de los 10 grados...

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