17 de agosto. Para la jornada escogimos el descenso integral del Val Grande, formado por dos tramos bastante diferentes. El primero, soleado y abierto en general, tiene un carácter más bien vertical, con una larga sucesión de rampas en su inicio. Al llegar a la segunda parte, de menor desnivel, el barranco se encaja un poco y encontramos las típicas badinas verdes que llevamos días viendo en otros descensos. Creo que fue en esta segunda mitad donde le dije a David "Tengo la sensación de llevar días bajando el mismo barranco"... y es que son bonitos y divertidos, es innegable, pero los descensos del valle de Maggia que visitamos se me antojaron bastante parecidos.
El descenso se encuentra en la localidad de Gordevio, muy cerca del barranco de Val di Gei. Viniendo de Locarno, justo antes de cruzar un puente y llegar al pueblo, veremos una pista que sale por la derecha. La tomaremos y ascenderemos por ella unos trescientos metros, hasta llegar a una barrera. A partir de este punto sólo pueden transitar vehículos autorizados, así que aparcaremos el nuestro donde no moleste y seguiremos a pie pista arriba. A cincuenta metros y a la izquierda, podremos asomarnos desde un puente de piedra a las dos últimas cascadas de la parte inferior y evaluar el caudal. Luego volveremos al asfalto y seguiremos la pista. Cruzaremos al otro lado del río, y tras unos zigzags, a nuestra derecha veremos unas casas en lo alto. Aquí tomaremos un sendero que pasa junto a ellas y asciende sin descanso hacia la parte alta del barranco. Tras una hora caminando, llegaremos a un puente de piedra: la parte superior del descenso empieza justo debajo. En completar la actividad tardaremos entre 5 y 7 horas.
Tramo superior (v4a4III)
A mi juicio, por sí solo tiene un interés relativo: comparándolo con todo lo que hay por los alrededores, no recomendaría su descenso salvo como parte de la integral. Se inicia con una larga rampa escalonada y abierta, fraccionada en varios rápeles de hasta 30 metros.
En medio presenta un breve pasillo estrecho, pero más adelante continúa con su tónica general: cascadas de media altura y tramos abiertos.
Hacia el final del tramo, sin embargo, aparece un rápel de veintiséis metros en una zona más engorgada, que resulta más emocionante.
Tras él, quedan un par de saltos y un breve tramo de progresión por el cauce hasta llegar a la parte inferior del descenso.
Tramo inferior (v3a4III)
Aquí la cosa se pone más interesante. Después de unos toboganes, viene un primer rápel de 23 metros, o alternativamente, un salto de 13. A continuación viene una bonita cascada, que vierte sus aguas en una gran badina. Sinceramente, yo aquí ni me planteé otras alternativas, y monté el correspondiente rápel (24 metros). Fue el camino escogido por la mayoría, pero Bernat -la "rata saltarina"- se marcó aquí un salto de 20-21 metros espectacular...
Luego las paredes se cierran y encontraremos un rápel de 18 metros con rebufo y contra en la base, aunque sin la fuerza suficiente. Los dos rápeles siguientes, de 10 y 18 metros, pueden saltarse.
Tras ellos llegaremos a una rampa de 16 metros, bajo un puente metálico, y encararemos la recta final del descenso con un par de saltitos.
Ya hemos llegado a las dos últimas cascadas del barranco, de 26 y 28 metros, justo bajo el puente de piedra. La guía Eldorado Ticino dice que ambos son toboganeables. El primero vale, pero el segundo es un canalón estrecho que concentra el caudal, con una primera mitad muy irregular, por lo que sólo nos parecieron seguros como tobogán los últimos 7-10 metros. El caso es que superamos el primero saltando, y el segundo rapelando. De esta forma pusimos un buen colofón a una completa jornada de barranquismo.
Tras este paso, el barranco se abre completamente. Por la derecha saldremos a un camino, cruzaremos el puente y volveremos al coche.
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