19 de agosto, penúltimo día en Ticino. El día 11, cuando salimos del Osogna inferior, nos propusimos completar el día con el Pontirone Inferior. "Ma... porta molta acqua!!!" respondió sorprendida la operadora de la hidroeléctrica cuando llamamos para comunicar nuestras intenciones. Después de hacer la aproximación y echar un vistazo al embudo que forma el pasillo inicial, vimos que obviamente tenía razón y lo dejamos estar. Tres días más tarde volvimos a llamar y la respuesta fue afirmativa, de modo que, ante la previsión de lluvias que había a partir de mediodía, nos dijimos aquello de "más vale pájaro en mano" y a media mañana ya nos habíamos anotado este clásico con un caudal alto pero sin excesos. Y aún tuvimos tiempo de hacer después el Cresciano inferior... Pero no era suficiente, porque lo ideal con el Pontirone era hacer la integral, así que había que volver otro día.
El Pontirone inferior es un clásico muy bien valorado, con una entrada impresionante, unos magníficos estrechos de granito blanco bien esculpidos, bonitos juegos de luces y pasos que concentran el caudal y añaden su granito de emoción -y de riesgo-. Por su parte, el tramo superior discurre por una bella, larga y profunda garganta de progresión más bien horizontal, aunque con diferentes cascadas de hasta 30 metros de altura. La suma de ambas partes da un completo descenso de poco menos de tres kilómetros y un tiempo de entre cinco y ocho horas. Es algo nada descabellado, así que sin duda merece la pena recorrer entera esta joya de la naturaleza. Por otra parte, el barranco se ve sometido periódicamente a violentas crecidas -la última cuatro días antes de nuestra llegada a Ticino-, por lo que se debe estar muy atento a las tormentas por un lado, y a los cambios en el cauce y su profundidad por otra. No hacerlo puede salir caro.
Para la aproximación, lo ideal es la combinación de coches. Partiendo de Biasca, debemos salir en dirección a Malvaglia. Después de recorrer unos 2 kilómetros, y antes de llegar a esta última población, la carretera cruza la salida del barranco por un puente. A la derecha dejaremos el primer coche, y con el segundo continuaremos por la carretera hasta Malvaglia. Ya en esta población, giraremos a la derecha por el desvío indicado "Malvaglia chiesa" primero, y a la izquierda después por una avenida o carretera secundaria. Prestaremos atención, y a unos 700 metros tomaremos una carretera que sale por la derecha en dirección a Val Malvaglia y Pontirone. Seguiremos siempre en dirección a esta última población, y justo antes de llegar a ella, una pista descendente nos llevará al puente y el aparcamiento en el que comienza el descenso.
Tramo superior (v4a4IV)
Es la parte más larga de este barranco, con un tiempo de recorrido de 4 a 6 horas según reseña. Bajo el puente se inicia un tramo encañonado de resaltes y pequeñas cascadas saltables o toboganeables.
Más adelante llegaremos a un embudo en el que montaremos un rápel de 20 metros, fraccionable en un bloque a la mitad. Desde ahí, algunos de nosotros saltamos a la poza, que cubría lo justo.
Tras la recepción, el barranco forma un bonito y estrecho pasillo...
...y luego vuelve a su ancho anterior para continuar su camino a través de cuatro rápeles alternando caos de bloques y cascadas.
Así deberíamos llegar a los dos rápeles de 30 metros que marcan las reseñas. En cuanto al primero, ni rastro: en su lugar, hoy hay un enorme caos de bloques que puede superarse destrepando. El segundo sí está ahí, y es posiblemente el paso más delicado del tramo. La cascada atraviesa un umbral estrecho en el que se concentra el caudal, y luego gana verticalidad para caer con mucha fuerza y empuje a la poza. Tras el umbral hay una reinstalación a mano derecha que permite facilitar la recuperación y, por supuesto, escaquearnos. No la utilizamos.
Después viene un largo tramo de caminata, aunque el cañón es espectacular y guarda rincones magníficos.
Dos rápeles más -saltables- y algunos resaltes conducen finalmente a un ensanchamiento del cauce y a unos enormes caos de bloques, que separan el primer tramo del segundo.
Tramo inferior (v4a3III)
Es la parte más bonita del descenso, y también la más corta: de 1 a 2 horas de recorrido. Tras un primer rápel de 20 metros, destrepable por la derecha, treparemos a lo alto de un gigantesco bloque de granito con la ayuda de un pasamanos para descolgarnos desde allí 42 metros, hasta el suelo de una enorme sala.
Al fondo de la sala las paredes se cierran, y no volverán a abrirse hasta el final. Negociaremos un pequeño resalte de cinco metros, y llegaremos a la denominada "Terrible S": giro con caudal canalizado a la izquierda y luego cascada de 6 metros a la derecha. Hace dos años, podías saltar esta última sin tocar fondo; hoy está colmatada de grava y apenas cubre lo justo.
Sin interrupciones, continuaremos avanzando por este pasillo serpenteante, disfrutando de sus juegos de luces y jugando con el agua. Quedan varios rápeles por delante, hoy saltables, mañana quizá no. El último, de 12 metros, es un buen ejemplo: en agosto de 2009 cubría y se saltaba sin tocar fondo, pero en la fecha de nuestro descenso cubría apenas por el pecho.
Después de este último paso, la estrecha garganta hace unos últimos giros y, de repente, se abre a la luz. Pasaremos bajo los puentes y saldremos a la carretera y al coche de forma inmediata.
Nota: Es posible que en alguna foto hayáis visto algún objeto extraño. Pues sí, es una pelota de fútbol. La de voleybol no se ve porque iba dentro de una mochila. Desde aquí quiero dar las gracias, en nombre del grupo, a los niños de Pontirone que las lanzaron al fondo del barranco y las dejaron allí para que las encontráramos. Gracias a ellos jugamos un partidillo muy disputado, aunque el terreno era un poco irregular...
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