sábado, 2 de junio de 2018

TORRENT DE NA MÓRA


A veces uno lleva tanto tiempo sin bajar un barranco, que el día que vuelve a él es como si lo bajara por primera vez. Los primeros días de este viaje a Mallorca sirvieron para eso, para refrescar los recuerdos que aún guardaba de Sa Fosca, Mortitx y Biniaraix, unos recuerdos que ya empezaban a desdibujarse. Cumplida esa misión, para el último día quedaba por fin conocer algo nuevo, uno de los mejores descensos de la isla y que sin embargo seguía en mi tintero: el torrente de Na Móra. De acuerdo con las valoraciones que hacen de él otras páginas, el descenso bien merecía la visita, y aunque éramos conscientes de que el caudal no sería el idóneo, allá que fuimos.

A pocos minutos de Bàlitx d'Avall entramos en el cauce, claramente dividido en dos partes. El primer tramo nos pareció sencillo. Llevaba agua, de manera que pudimos disfrutar de varios rápeles cortos -hasta ocho metros- y de algún que otro salto.


pasillo con bloques empotrados en la primera parte
uno de los muchos pequeños rápeles del descenso

la marca en las paredes da idea del caudal que habría podido y que no fue



Tras una zona estrecha, por desgracia vimos como el agua se filtraba y el cauce se abría. Llegábamos así a Cala Ferrera, un ensanchamiento en el que las paredes ceden y tenemos la posibilidad de escapar.

A partir de aquí entramos en una segunda parte más estrecha y más estética, por desgracia seca en gran parte. A pesar de esto último sus pasos siguen siendo muy bellos, especialmente los breves oscuros de Sa Fosqueta y las últimas pozas. 

una de las pozas, completamente vacía: triste pero también estético


formaciones de toba en otra poza vacía
preciosos colores en una de las últimas pozas



pasillo final, y al fondo, el mar
 Y por fin, el mar. Pero de una forma mucho más sutil, menos rotunda que en el caso del Mortitx. Desde la cabecera del último rápel se dejaba oír y ocasionalmente ver, dejando morir sus olas a pocos metros de nosotros, al final del pasillo que conduce a aguas abiertas. Ahí lo dejamos nosotros.

Normalmente, acabado el descenso uno se despoja del material y se dispone a caminar tranquilamente para volver al coche y a casa. En esta ocasión, sin embargo, solo habíamos hecho la mitad del trabajo. Existen diferentes opciones para salir del Na Móra, pero nosotros renunciamos a hacer filigranas y optamos por la que entendíamos la salida más frecuente: remontar todo el descenso y volver al punto de inicio.

Cómo haremos el retorno es una opción que hay que llevar decidida de casa. He leído diferentes reseñas en las que se habla de cuerdas fijas en todos los rápeles, pero nosotros no encontramos cuerdas en ninguno. No contábamos con ellas -creo que ir esperando encontrarlas puestas sería un error-, de manera que las fuimos dejando nosotros para luego recuperarlas.



Oscar, en plena faena de remonte en la zona más estrecha
venga, que ya queda poco


Puede que, sin remontar el barranco, la actividad acabe resultando demasiado sencilla y corta. El caso es que el conjunto de todo esto, el barranco, el remonte, lo perdido del lugar, el final en el mar... dejan un muy buen recuerdo del Na Móra. Aunque no llegue al nivel de Sa Fosca o de Mortitx, y como decía aquel... "a programar sin dudar".


Datos de interés

Fecha del descenso: 19 de marzo de 2018

Dificultad: v3 a2 III

Acceso desde: Sóller (Mallorca, Islas Baleares)

Combinación de coches: no para el retorno descrito aquí.

Aproximación: Saldremos de Sóller en dirección a su puerto, pero antes de llegar a él giraremos a la derecha en dirección a Pollença. Avanzando ahora por la carretera Ma-10, ganaremos altura y pasados unos cuatro kilómetros dejaremos atrás el desvío a Fornalutx. Dos kilómetros y medio más allá, en una curva, encontraremos a la izquierda el mirador de Ses Barques. Desde allí sale una pista de tierra que conduce a la casa rural de Bàlitx d'Avall, situada cinco kilómetros más abajo. Sin embargo, el mal estado de la pista y las posibles molestias hacen recomendable dejar el coche en el mirador y bajar hasta allí andando siguiendo las indicaciones, cosa que nos llevará unos cuarenta y cinco minutos.

Una vez en la casa rural la bordearemos por la izquierda, siguiendo pista abajo, y en unos diez minutos llegaremos al cauce.

Descenso: Unas dos horas según grupo y condiciones.

Retorno: Una vez en el mar, existen diferentes opciones para salir de allí.
  • La primera y más habitual consiste en remontar todos y cada uno de los rápeles, que previamente habremos dejado equipados en fijo. De esta manera, volveremos al punto de inicio y desde allí desandaremos el camino de aproximación. Tiempo: unas 2'5 horas de remonte, más 1 h hasta el mirador. Es la que escogimos y la única que conozco de primera mano.
  • La segunda opción es remontar el barranco hasta Cala Ferrera, y una vez allí salir por la izquierda orográfica y tomar un sendero que conduce hasta Port de Sóller. Esta opción exige dejar allí un segundo vehículo. No nos la recomendaron, puesto que según parece el camino de retorno es muy perdedor.
  • Tercera opción: una vez en la desembocadura, podemos salir a mar abierto y nadar trescientos metros hacia la izquierda, para tomar un sendero que nos devolverá al punto de partida (o al puerto de Sóller, según la dirección que tomemos). Esta opción solo es viable si el mar se encuentra totalmente en calma.
  • Cuarta opción: remontar parcialmente y salir por un afluente, llegar a un sendero y por él volver a Bàlitx d'Avall. Tampoco nos la recomendaron.

Rápel más largo: 11 metros

Material: Diez cuerdas de hasta 12 metros, equipo de ascenso por cuerda. 

Lo mejor: actividad muy completa, con final en el mar y un retorno diferente

Lo peor: sin caudal pierde interés

Valoración personal (de 0 a 4): 3,1


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