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el primer rápel, de 25 metros |
Llevo tres meses planteándome si escribir o no estas líneas. ¿Qué demonios explico, si he ido a abrir un barranco de trescientos metros de largo y no lo he acabado? ¿Que me he lesionado? ¿Y a quien le importa eso?
El caso es que así fue. Practiques el deporte que practiques, tarde o temprano llega el día en que te haces daño. La única diferencia, una diferencia que lo condiciona todo, es que no hace falta un helicóptero para sacarte de una cancha de baloncesto o de un tatami. Allí fuera no tienes un médico y una ambulancia junto al túnel de vestuarios, y cuando llega el momento un barranco es un lugar perfecto para apreciar lo expuesto que se puede llegar a estar. En los últimos meses, diversos compañeros y amigos han pasado por esto y sabrán de lo que hablo...
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poniendo un parabolt que nos permita superar el pasillo y los resaltes que se abren a nuestros pies |
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Didi, acercándose al resalte que me dejó KO |
En este país, los mejores barrancos ya llevan tiempo abiertos, aunque todavía pueden encontrarse cosas interesantes por ahí. Este pasado mes de agosto, Didier y yo teníamos localizado en el Pirineo aragonés un barranco corto (unos 300 metros), pero de fuerte caudal y con unos cuatro o cinco rápeles en su escaso recorrido; un descenso breve pero intenso que parecía merecer la pena. Así pues, el día escogido nos cargamos con todo lo necesario y nos pusimos a trabajar. Un acceso de poco más de una hora, unos destrepes... y el primer rápel. Vertical, caudaloso, intenso, de unos 25 metros. Lo dejamos equipado en un árbol y descendemos. Abajo nos espera un pasillo completamente repleto de espuma, con dos resaltes inabordables con este caudal. Flanqueamos por la derecha, y en una pequeña repisa dejamos un parabolt. Mientras recojo el taladro, Didi monta el rápel y supera el pasillo. Le sigo, y en el segundo resalte se acaba mi descenso. Entro en la vena, me desequilibro, se me encaja el pie entre dos bloques, el agua me empuja... y mi rodilla hace crack, aunque aún no lo sé. Es al dar unos pasos cuando mi rodilla se flexiona por donde no toca, y un intensísimo dolor me dice que algo no va bien. Lo que viene a continuación es una escapatoria del barranco, un vuelo en helicóptero, un viaje al hospital, una escayola, unas muletas, una operación, un mareo contínuo por parte de la mútua de la federación, y una rehabilitación que me llevará un tiempo todavía. Y lo que más duele: la cancelación de un par de viajes en octubre y noviembre que llevaba esperando todo el año, y que habrá que aplazar a 2015. En fin... Como suele decirse, los barrancos no se van a mover de allí.
¿Qué barranco estábamos abriendo? Cuando acabemos el trabajo os lo diré.
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unos días después, sobrellevando la lesión |
3 comentarios:
Ostres, no ho sabia.
Que t'has fet al genoll?
En un no res ja estàs de nou fent coses, ja ho saps, només és una mica de paciència i bona recuperació!
Menisc i lligament creuat anterior, com els futbolistes... Tinc uns mesos de feina abans de tornar a l'aigua.
Gràcies David!
Si, vaja :(
Jo em vaig trencar fa 15 anys els mateixos però posteriors i després he fet de tot un altre cop, així que cap endavant, bona recuperació!
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