lunes, 9 de septiembre de 2013

GORGAS DE ALBA


Este año, el Eriste se ha hecho de rogar. Llegó el mes de julio, y los foros hervían de gente ávida de saber si este icono de las aguas vivas se podía bajar. Cuando por fín llegó el día, imagino que hubo que coger número en la entrada del cuarto tramo y esperar turno. Sin embargo, mi amigo Didi y yo esperábamos otra cosa. Ya hemos bajado el Eriste el número suficiente de veces, de manera que nuestro objetivo era otro de los monstruos de aguas blancas del valle de Benasque: las gorgas de Alba (v4a5II).

Al entrar en estas gorgas, entramos en un barranco de otra categoría. Olvidaos de la estética. Olvidaos de las altas paredes, de los rápeles pulidos y de los resaltes limpios. Aquí sólo hay agua, y en enormes cantidades. La espuma lo invade todo, en las pozas se forman movimientos y la corriente empuja y dificulta cualquier pequeño resalte o cruce de vena. No en vano, estamos en la cabecera del río Ésera, con una cuenca enorme y un gran suministro de agua procedente del deshielo. Aún así, y al igual que en su vecino Galantes, tanta agua parece haber olvidado su trabajo y el cauce está lleno de bloques y aristas, por lo que la progresión es menos ágil de lo que nos gustaría. La pizarra no da para más.

El descenso es breve -unas dos horas-, pero intenso. Además de resaltes varios, tiene cuatro rápeles equipados de hasta 18 metros. Nosotros, sin embargo, sólo hicimos el primero y el cuarto, y destrepamos el segundo y el tercero.

Con un solo coche puede hacerse perfectamente, y ello además es ideal para evaluar el caudal desde el camino, al pasar por la Cascada de Alba durante la aproximación. El día de nuestro descenso (18 de agosto de 2013), nosotros valoramos el caudal como muy alto. Ésta es una comparación con el caudal que llevaba un mes antes, a principios de julio:

El primer rápel y su poza: brutal a principios de julio, y con un caudal muy respetable a mediados de agosto.

El recorrido empieza con un tramo abierto de río, en el que no encontraremos más que dos o tres pequeños resaltes, sin mayor dificultad que la que nos ponga el caudal.

Esquivando el agua en uno de los primeros resaltes

Otro resalte

Enseguida llegamos al primer rápel, de dieciocho metros. Se baja en seco, pero el problema está en la poza de recepción, en la que se genera una fuerte contra en el sentido de las agujas del reloj.

Al pie del primer rápel. La poza genera una gran contra que hay que salvar

Resalte de dos metros, tras el primer rápel.

Después de un pequeño resalte, se llega enseguida al segundo rápel, equipado con un único spit algo tocado. Nostros optamos por destreparlo y saltar a la poza para ganar la salida.

Base del segundo rápel, que destrepamos. Ojo, bajo la espuma hay un bloque.


Buscando el paso
Tanto el primer rápel como el segundo se encuentran en una zona accesible, en un punto en el que el Sendero Botánico cruza el cauce por una pasarela. Ello facilita evaluar el caudal, abandonar si es necesario, y que los turistas nos hagan fotos en estos dos pasos.

A continuación, a pocos metros, se encuentra el tercer rápel, que también destrepamos sin problema para llegar finalmente al cuarto. Éste, que será el último paso equipado para maniobras con cuerda del barranco, ni es destrepable ni evitable, así que hay que escoger la mejor trayectoria para descenderlo.


Didi, en el cuarto y último rápel

Tras esta cascada el barranco avanza horizontal, con varios tramos de caminar por el cauce separados por resaltes de hasta cinco metros. Lo único que nos quedará por hacer será progresar hasta ver el Sendero Botánico en la orilla izquierda y a pocos metros del cauce.

Uno de los mayores resaltes del tramo final del descenso

Datos de interés

Acceso desde: Benasque (Huesca)

Aproximación: Desde Benasque, saldremos en dirección norte (ctra. A139), tomaremos el desvío a Baños de Benasque y al poco, al llegar al hotel Turpí, buscaremos aparcamiento. A pie, retrocederemos unos metros por la carretera y hacia la derecha, en sentido ascendente, tomaremos el llamado Sendero Botánico. Después de llegar a las pasarelas de la cascada de Alba y evaluar el caudal, cruzaremos a la orilla izquierda orográfica y ascenderemos hasta llegar a la pista que une Baños de Benasque con Llanos del Hospital. Seguiremos hacia la izquierda, y al llegar al puente que cruza el río iniciaremos el descenso (45 min).

Descenso: unas 2 h según grupo y caudal

Retorno: 10 min

Cuerdas: 2 x 20 m

Observaciones: Puede hacerse combinación de coches, subiendo con un segundo vehículo hasta el desvío a Llanos del Hospital, y desde allí al puente de entrada.


Fotos: Didier Mena, Xavier

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