viernes, 16 de agosto de 2013

PERLANA


Cerrando la primera parte de nuestro viaje, la que transcurría por Lombardía, volvimos la mirada hacia un descenso de baja dificultad pero bonito y variado: el Perlana (v3a4IV). No era el final que habíamos previsto, pero el descenso del Cormor, que debía poner punto y final a nuestra estancia en tierras italianas, era imposible al estar su presa abierta. Tenía mucho interés en bajarlo, así que queda pendiente para otra ocasión.

En cuanto al Perlana, se trata de un barranco excavado en roca calcárea, de mil doscientos metros de longitud por tan sólo ciento cincuenta metros de desnivel, que en su parte baja forma una cueva de corto recorrido pero muy interesante desde el punto de vista estético. La parte que se desciende habitualmente es engorgada hasta unos resaltes después de la cueva, tras los cuales el cauce se abre definitivamente hasta acabar en el pueblo de Lenno. No obstante, hay una parte superior, en principio menos interesante, con la que podemos alargar el descenso y hacerlo algo más deportivo. Nosotros no acabamos de escoger entre una u otra opción, y entramos en algún punto del tramo superior.


Rápel en la parte superior

Segundo rápel de una cascada fraccionable en dos
Rapelando ya en la parte inferior


Breve rápel junto a un afluente, en un entorno exhuberante

Rápel de 14 metros, el más largo del segundo tramo
Tobogán de 10 metros, cerca ya de los oscuros



Poco antes de llegar a la cueva el barranco gana profundidad y cambia su morfología: los estratos, tan visibles más arriba, dan paso a unas paredes mucho más uniformes y pulidas. En la gruta, la oscuridad es completa por poco tiempo, pero el frontal es necesario para afrontarla con seguridad.

Llegando a la entrada de la cueva
Corto rápel (3 o 4 metros) dentro de la cueva


El fin de la oscuridad

A la salida de la gruta hay algún que otro tubo de captación de agua reciente, y también obras de canalización más antiguas, casi cubiertas por sedimentos calcáreos.

Boca de salida de la cueva
Pasillo inmediatamente posterior

A continuación encontraremos un pequeño rápel sobre el muro de una represa, y un pasillo que serpentea y pone el punto y final a la zona más encajada del descenso.

Las buenas temperaturas del aire y del agua hicieron innecesaria la chaqueta de neopreno

Natxo, en un pequeño tobogán
Rebo en el pasillo

A partir de aquí, el barranco se abre a la vegetación que nos rodea y pierde interés. Creo que puede abandonarse antes, pero nosotros hicimos el retorno que marcan las guías y llegamos hasta el pueblo, salimos por la derecha, cruzamos el puente de piedra y volvimos a la abadía de Acquafredda, que es donde se aparca el coche y se inicia la aproximación a pie.


Datos de interés

Acceso desde: Abadía de Acquafredda, en Lenno (Como, Lombardía, Italia)

Aproximación: 45 min.

Descenso: unas 3 horas el descenso integral

Retorno: 10 min.

Cuerdas: 2x15m para la parte inferior; 2x25m la parte superior



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