Estas últimas semanas parece que haya decidido rememorar viejos tiempos y salir a visitar esos barrancos que no pisaba desde hace años: Gurb, Infern, Anelles, Mas Calsan... A diferencia de esos dos últimos, en el Salt del Pi (v4a3II) sólo había estado una vez, en 2004. Sabíamos que la semana anterior se había bajado y llevaba un caudal alto, de manera que teníamos una excusa perfecta para volver a visitarlo.
El Salt del Pi es un descenso breve, con sólo tres rápeles y sin saltos ni toboganes, cosa que lo ensombrece al compararlo con sus vecinos Anelles o Mas Calsan. Sin embargo, sus paredes de granito blanco presentan secciones muy pulidas y bonitas, y si se baja con caudal alto, los tres rápeles obligados plantean dificultades que lo hacen más interesante. La carretera que lleva a la entrada, muy estrecha y sinuosa, también es digna de mención, aunque curiosamente no la recordaba de la vez anterior. Señal de que con el pequeño Ford Fiesta que tenía por entonces era mucho más difícil rozar contra las paredes que con la más voluminosa furgoneta de ahora.
Nada más entrar en el barranco, superamos un par de resaltes y llegamos al primer rápel del descenso, y el más alto. Hay diferentes reuniones a escoger, e incluso podemos bajar por fuera del activo, por la derecha orográfica, si no lo vemos claro. La cascada es resbaladiza, como el resto del descenso.
El Salt del Pi es un descenso breve, con sólo tres rápeles y sin saltos ni toboganes, cosa que lo ensombrece al compararlo con sus vecinos Anelles o Mas Calsan. Sin embargo, sus paredes de granito blanco presentan secciones muy pulidas y bonitas, y si se baja con caudal alto, los tres rápeles obligados plantean dificultades que lo hacen más interesante. La carretera que lleva a la entrada, muy estrecha y sinuosa, también es digna de mención, aunque curiosamente no la recordaba de la vez anterior. Señal de que con el pequeño Ford Fiesta que tenía por entonces era mucho más difícil rozar contra las paredes que con la más voluminosa furgoneta de ahora.
Nada más entrar en el barranco, superamos un par de resaltes y llegamos al primer rápel del descenso, y el más alto. Hay diferentes reuniones a escoger, e incluso podemos bajar por fuera del activo, por la derecha orográfica, si no lo vemos claro. La cascada es resbaladiza, como el resto del descenso.
el primer rápel (20 m), visto desde arriba... |
...y desde abajo |
Después de esta primera cascada hay que superar unos enormes bloques, ya sea destrepando o rapelando, para llegar a la segunda dificultad del descenso: un rápel de unos 15 metros por un canalón en S que concentra fuertemente el caudal y que tiene un bloque empotrado a mitad de recorrido que sifona por debajo.
grandes bloques destrepables o rapelables |
el canalón en S, delicado con caudal |
bajando el resbaladizo canalón |
Lo siguiente será un breve tramo de marcha y unos resaltes, para a continuación, llegar al tercer y último rápel del Salt del Pi. Con caudal, visto desde arriba sólo se ve agua... y es que la salida desde la reunión se hace inevitablemente por todo el activo.
salida del último rápel (16 m), cruzando la vena principal |
Cruzada la vena con mayor o menor pericia al inicio del rápel, sólo quedará bajar evitando resbalar y sin ver donde se ponen los pies...
sin problemas en la recepción del último rápel |
buscando a ciegas donde poner los pies |
Unos resaltes más, y llegaremos a una presa en la que daremos por finalizado el descenso. Corto, pero en nuestro caso, intenso.
Datos de interés
Aproximación: Desde Céret, saldremos por la carretera hacia Amélie-les-Bains. A la salida de esta población, nos desviaremos a la izquierda por la carretera D53, en dirección a Montalba y Mas Pagris. Ascenderemos por una carretera estrecha y revirada, y al llegar a una bifurcación, seguiremos por la derecha en dirección a Mas Pagris. Pasado este núcleo, llegaremos al puente en el que finaliza el descenso. Dejaremos aquí el primer coche, y con el segundo seguiremos carretera arriba hasta una curva a la izquierda en la que veremos un desvío a la derecha y un buzón con la inscripción "La Fargassa" en un cartel de madera. Aparcaremos, y bajaremos a pie por un sendero que sale cerca de ese buzón, y que en apenas cinco minutos nos dejará en el cauce.
Si sólo tenemos un coche, lo dejaremos abajo y subiremos a pie por la carretera. Según algunas guías, un sendero que sale al poco por la derecha permite atajar y ahorrarnos unos dos kilómetros de asfalto.
Si sólo tenemos un coche, lo dejaremos abajo y subiremos a pie por la carretera. Según algunas guías, un sendero que sale al poco por la derecha permite atajar y ahorrarnos unos dos kilómetros de asfalto.
Descenso: 1h 30 min a 2 h, según grupo y caudal
Retorno: Tras la presa que marca el final del descenso, encontraremos un sendero por la izquierda que nos llevará hasta unas casas y el puente en el que dejamos el primer coche (5 minutos).
Cuerdas: 1x40m o 2x20m, más la cuerda de socorro.
Fotos: Xavier, David Sánchez
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