sábado, 29 de junio de 2013

GOURG DES ANELLES


El primer descenso con el que iniciamos nuestra particular verbena de San Juan, este fin de semana pasado, fue el Gourg des Anelles (v4a4II): un barranco divertido, con un buen rápel inicial y varios saltos que, junto al resto de rápeles, forman un conjunto breve pero intenso, sobre todo con buen caudal. Lo he bajado ya varias veces y descrito en detalle en este blog, así que no me repetiré. Si queréis ver una descripción más exhaustiva de su acceso, recorrido y retorno, visitad esta entrada.

A lo ya descrito en otras ocasiones, sólo puedo añadir que en el inicio del barranco han colocado un tubo con una banda roja, que se supone indica el caudal límite para acometer el descenso. El día de nuestro descenso faltaban unos cuatro dedos para que el agua llegara a la marca, y encontramos el caudal absolutamente asequible, aunque se vea resultón en alguna de las fotos.

Las imágenes del descenso:

el medidor de caudal, a la entrada del descenso
el primer rápel, el más bonito

tras el rápel, un salto de 9 m: empezamos fuerte
el tercer rápel instalado es el más estrecho
 
¡salto buscado!
un último salto...
 
...y llegamos al rápel final
cuando resbala tanto, es mejor no luchar


Fotos: Xavier, David Sánchez

viernes, 28 de junio de 2013

EL PIRINEO ORIENTAL FRANCÉS



el camino más corto es a veces el más tortuoso
Este fin de semana pasado, aprovechando el puente de San Juan, buena parte del grupo salimos a la carretera para revisitar la mitad de los grandes clásicos de los Pirineos Orientales franceses. Antes de venirme a vivir a esta esquina de Catalunya visitaba la zona con frecuencia, y para los amigos que todavía viven en los alrededores de Barcelona, esa zona sigue siendo una especie de patio trasero al que ir a jugar. Ahora, en cambio, es uno de los rincones del Pirineo que me quedan más lejos...

Así pues, el sábado crucé la mitad oriental de la cordillera y me reuní con los buenos amigos de siempre a tiempo de bajar un Anelles disfrutón. Al día siguiente aprovechamos la jornada combinando Mas Calsan y Salt del Pi, y después de celebrar la verbena en nuestro campamento de Céret, rematamos la faena el lunes bajando en total soledad, aunque parezca increíble, el imprescindible Llech.

Las opciones más potentes de la zona, Taurinyà y Saint-Vincent, todavía llevaban un caudal excesivo, por lo que deberán esperar una mejor ocasión. 


LA ZONA

El departamento francés de Pyrénées Orientales se sitúa al sudeste de nuestro país vecino, y limita al sur con la provincia de Girona. Su capital y ciudad principal es Perpignan, y lo más importante: tiene buenos y variados barrancos para descender.

mapa de la zona con la situación de los barrancos más representativos


LOS DESCENSOS

Desde el punto de vista barranquista, el departamento se puede dividir en dos zonas:

Céret
Es la zona más cercana a  la frontera, con varios descensos de baja o mediana dificultad distribuidos a lo largo de la carretera D115, básicamente entre las poblaciones de Céret y Arles-sur-Tech. Los descensos más destacados de la zona son:
  • Anelles. El más interesante y divertido del sector. Bastantes saltos, algunos de ellos buscados.
  • Baoussous. De interés relativo, su gracia consiste en su proximidad al Anelles, lo que lo convierte en su combinación natural. Con caudal bajo pierde muchos enteros.
  • Mas Calsan. Otra buena opción, repleta de saltos y toboganes, aunque con menos caudal que Anelles. La goulotte o pasillo estrecho es su paso más emblemático.
  • Salt del Pi. Breve aunque interesante descenso si se coge con un caudal elevado.
  • María Valenta. Corto y resbaladizo descenso, aunque continuado y estético.

primer rápel del Anelles
la goulotte del Mas Calsan

poniendo punto y final al María Valenta
el Salt del Pi, que da nombre al descenso



Prades

Situado más al norte, al sector se llega siguiendo la carretera N116 desde Perpignan (Francia) o desde Puigcerdà (España). En general, los barrancos de esta zona son más largos, más acuáticos y plantean un mayor compromiso y dificultad que los de Ceret. Los imprescindibles, no ya del sector sino del departamento, son estos:
  • Llech. Un barranco casi de 10: muy acuático y con infinidad de saltos y toboganes. Máxima diversión y un único rápel obligado si se conoce bien el descenso.
  • Taurinyà. Mucho menos lúdico que su vecino Llech, pero interesante y sostenido.
  • Saint-Vincent. El grande de la zona. Muy largo en longitud y horarios, físicamente duro y con algunos pasos técnicos. Para mí es un descenso imprescindible.
  • Cady. Técnico con caudal, acuático y muy bien valorado.

Taurinyà
 
Saint-Vincent: el "forat del mort"























tramo final del Cady
uno de los muchos saltos posibles del Llech























 
REGULACIÓN LEGAL

El descenso de barrancos en este departamento está sometido a una regulación específica de la prefectura de los Pirineos Orientales, que básicamente establece los periodos y/o días concretos en que se permiten los descensos. También establece la prohibición de descender diversos barrancos (Nyer o Can Guillet, por ejemplo). Normalmente, en la web francesa descente-canyon podremos encontrar información actualizada sobre la regulación de cada descenso, que puede ir variando. Este año, por ejemplo, las grandes cantidades de nieve acumuladas y el deshielo tardío han hecho que la mayoría de los descensos hayan permanecido prohibidos hasta hace sólo unos días.




ALOJAMIENTO
 
Si habitualmente nos alojamos en campings, en cada sector de la zona encontraremos varios entre los que escoger. En Céret, habitualmente utilizamos el camping municipal, tranquilo y barato, que sirve como un buen campo base desde el que atacar los descensos del sector. En la zona de Prades, en Fillols podemos utilizar el camping des Sauterelles, en la misma pista de acceso a las gorgas de Taurinyà; y en Vinçà, su camping municipal o bien el camping Les Escoumes, a pie de carretera, con acceso al lago y bien comunicado.



BIBLIOGRAFÍA
  • Descenso de cañones. Pirineo Oriental (tomo I). Eduardo Gómez, Autoed. 2000. En castellano, esta miniguía es la obra de referencia en nuestro idioma, pero lamentablemente es difícil de encontrar.
  • Gorges et canyons en Languedoc Roussillon. J.P. Lucot y R. Quintilla. Ed. Edisud, 1990. En francés.
  • Els 30 millors barrancs del Pirineu. A. Batllori, Ed. Cossetània, 2006. En catalán, es una obra más general que contiene, entre otras, las reseñas de Cady, Saint-Vincent, María Valenta y Llech.



sábado, 22 de junio de 2013

CUANDO LOS RÍOS SE ENFADAN


Esta está siendo una semana muy dura en el valle de Arán. Esa comarca se ha llevado la peor parte de las inundaciones que barrieron este martes el Pirineo, causadas por la suma del deshielo de las enormes cantidades de nieve que se acumulaban en estas montañas y de unas lluvias muy abundantes y concentradas que dejaron más de cien litros por metro cuadrado en sitios como la misma Val d'Aran y algunos puntos del valle de Boí.

En la Alta Ribagorça, sin llegar ni mucho menos a los niveles de la comarca vecina o de Benasque, también vimos subir muchísimo los caudales. Así, el río Noguera de Tor se desbordó ayer a su paso por Barruera, ocupó prados, desdibujó caminos y anegó el paseo del río en el mismo pueblo. El sonido de los bloques de piedra que, arrastrados por una corriente brutal, chocaba contra las rocas del fondo, ponía la piel de gallina. Finalmente, por suerte, en esta comarca los daños fueron menores y todo quedó más bien en un susto.

la pasarela, a ras de agua

el río, desbordado a su paso por Barruera

Estas crecidas han dejado unas imágenes espectaculares de algunos barrancos. Aguas arriba de Barruera, en Caldes de Boí, el prohibidísimo barranco de Llebriqueto -está en la zona periférica del parque nacional de Aigüestortes- presentaba una estampa terrible pero bella:

las últimas cascadas del Llebriqueto, desde la carretera

También aguas arriba, pero en el río Sant Martí a su paso por Boí, el caudal tenía un aspecto más que temible, comparado con el habitual -que no es bajo-:

a la izquierda caudal habitual; a la derecha, el caudal del 18 de junio de 2013

En esta misma cuenca, el barranco de Durro no era menos, y se sumaba a la fiesta de la espuma presentándose inabordable:

último rápel de un barranco de Durro pasado de vueltas

Por último, en la cuenca del Noguera Ribagorzana, muy controlada por los embalses y menos afectada por las lluvias, también se podían observar caudales muy elevados, aunque asequibles, como por ejemplo en las cascadas de Salvassa. Sin embargo, el Llauset bajaba tremendo, imposible, sin duda a causa de la apertura de las compuertas de su embalse aguas arriba:

a ver quien se mete en el Llauset así


Un bonito espectáculo, siempre que todo se quede en el susto.

miércoles, 12 de junio de 2013

BARRANC DE L'INFERN



La belleza se esconde en las cosas mundanas, en los rincones de nuestra vida cotidiana. Está en ese árbol que crece solitario en medio del prado bajo el sol del atardecer, y que pasa inadvertido mientras avanzamos veloces por la carretera. Está en esa canción de un grupo que no conoces, que suena en una emisora que nunca escuchas. Y en nuestro mundo, está en esos rayos de sol que se cuelan entre las estrechas paredes de un barranco que está a media hora de casa, pero que buscas en los Alpes y otros destinos cada vez más lejanos.

Mi primer barranco fue el Infern, en la Pobla de Segur (Lleida). Hace un par de años volví a él, temiendo descubrir que el buen recuerdo que tenía de él había sido exagerado por el tiempo... y respiré aliviado al comprobar que era tan bonito como lo recordaba. Finalmente, hace un par de fines de semana volví de nuevo al barranco con mis amigos, y tuvimos la inmensa suerte de disfrutarlo con un caudal inmejorable, la luz adecuada y en casi total soledad. Gracias a eso, la impresión que nos llevamos todos de esta pequeña joya fue tan buena que decidimos no hacer el barranc de Sant Pere, que teníamos previsto bajar a continuación, para no estropearlo. Llamadme exagerado, o quizás aquel día estaba inspirado, pero... belleza en grado máximo, algo casi inesperado en un barranco comercial y en domingo.

El descenso empieza con un rápel de unos seis metros, y tras él, un pasillo con varios resaltes.

primer rápel, en una zona seca en verano
resaltes antes de la cueva

Enseguida se llega a la zona más bonita del recorrido: la cueva. En este barranco explotado por las empresas, el paso está hiperequipado, con una reunión que nos permite bajar por el activo, otra que permite bajar en seco y una tercera que evita la cueva y nos descuelga por su salida. Nosotros escogimos la primera y más interesante, que aunque parecía más delicada vista desde arriba, no dió demasiados problemas.

rápel de entrada a la cueva, con un buen caudal
el pequeño rápel que da salida a los oscuros

Tras este breve tramo oscuro, el descenso continúa bien encajado entre altas paredes, con algún que otro enorme bloque empotrado colgando sobre nuestras cabezas, y pequeños rápeles y destrepes.

pasando bajo un bloque empotrado
los rápeles son pequeños

Ya en la parte final, nos espera un último rápel de aproximadamente doce metros, en una zona estrecha y bajo un bloque empotrado. Con este caudal, nos pareció más sensato evitar el paso mediante un pasamanos por encima del bloque y, desde éste, un rápel por fuera.

el recorrido se mantiene estrecho y sinuoso
con este caudal, mejor por arriba...
 
la última zona estrecha, superada
un último salto antes de acabar el descenso

Después del último rápel todavía encontramos un salto: uno de los pocos, ya que la mayoría de las pozas estaban repletas de grava y cubrían poco o nada, incluso en la cueva. Tras él, llegamos a la desembocadura de nuestro barranco al Noguera Pallaresa, y... se acabó.

la tirolina de retorno
En esta ocasión el caudal del Noguera era elevado, por lo que utilizamos las tirolinas de acceso y de retorno. Desde el parking, la primera se encuentra antes de llegar a la desembocadura del descenso, y presenta una inclinación moderada, por lo que si llevamos polea de cable no se coge demasiada velocidad. Por contra, las dos tirolinas de retorno, que se encuentran más allá de la desembocadura, tienen más inclinación y debe irse con más cuidado, procurando utilizar algún sistema de frenado. Nosotros utilizamos la de la izquierda, que nos habían recomendado y de la que quizás es más fácil descolgarse. Constituyen una forma diferente, y también divertida, de empezar y acabar un descenso precioso.
 
La aproximación y el retorno están descritos en la piada del descenso de hace dos años, en este enlace.








lunes, 10 de junio de 2013

BARRANC DE GURP


Hay muchos descensos clásicos que me quedan cerca de casa pero que, no se bien por qué, no visito nunca. Quizás sea porque fueron los barrancos con los que empecé en este mundillo, y ahora ya ni pienso en ellos... El caso es que, hace dos fines de semana, subieron unos amigos a casa con la intención de hacer barrancos, y después de pensar un poco y echar un vistazo a las guías, decidimos hacer una visita a dos vecinos muy conocidos, pero que no frecuentamos. ¡De hecho, alguno del grupo todavía no había hecho ninguno de los dos! El sábado optamos por el barranc de Gurp o de la Mata (v3a3II), y el domingo nos acercamos al barranc de l'Infern (v3a3III), ambos por estas fechas en unas condiciones de caudal perfectas. Al grupo se unió Harkaitz, con el que no coincidíamos desde el viaje a Ossola del verano pasado, una amiga suya, e Israel, mi colega sevillano. La familia rata crece por momentos.

El descenso se inicia con un tramo de lecho excavado que presenta un pequeño rápel y un par de toboganes, y que finaliza con un rápel de quince metros.

uno de los primeros toboganes
el rápel de 15m que anuncia la llegada de lo interesante

Tras este rápel, el cauce traza una ese bajo unos impresionantes pliegues de roca y atraviesa un enorme puente de roca, para llegar después a un rápel de unos veintisiete metros (fraccionable 20+5 aprox.) con una marmita intermedia. Ésta es posiblemente la parte más bonita del barranco, sobre todo para los amantes de la geología.

pasando bajo el enorme arco de roca
la cascada con marmita intermedia, que fraccionamos


Bernat, el rápel y su marmita intermedia, vistos desde arriba

A partir de aquí el descenso se adentra en una gorga y las paredes se elevan. Haremos un rápel de quince metros bajo un bloque empotrado...



...y superaremos algunos bloques, para llegar finalmente a la conocida como zona de las "banyeretes" (bañeritas): un pasillo estrecho y de roca pulida de carácter mucho más acuático que lo recorrido hasta ahora. 


destrepando en una zona de bloques
el inicio de la zona estrecha y pulida de las banyeretes



sorteando un resalte con recepción desconocida
los pasillos esconden algún que otro pequeño rápel

En este tramo, el agua se concentra y hay que ir con cuidado en caso de que el caudal sea elevado, ya que no siempre puede evitarse. Aquí ha tenido lugar algún accidente mortal. 




los rápeles de esta zona no superan los 5 m
uno de los últimos resaltes del descenso

En su conjunto, es un barranco de escasa dificultad pero interesante si se coge con el caudal adecuado, con mucha continuidad y rincones bonitos.


Datos de interés

Aproximación: Desde Tremp, tomaremos la carretera N-260 en dirección a la Pobla de Segur, y en breve nos desviaremos a la izquierda en dirección a Talarn y la Academia General Básica de Suboficiales del Ejército (AGBS). Pasaremos de largo el primero, cruzaremos el antiguo cuerpo de guardia de la academia -hoy día ya no es necesario superar ningún control militar- y seguiremos hasta el pueblo de Gurp. Lo atravesaremos, y en una placita al final del mismo dejaremos el coche. Desde allí, tomaremos un camino que después de cruzar un afluente -el torrent del Molí-, conduce a la entrada de nuestro barranco, bien señalizada (30 minutos).

Descenso: De 2h a 2h 30 min.

Retorno: Tras los últimos resaltes, el barranco se abre. Por la derecha encontraremos un camino evidente que nos llevará de vuelta al pueblo (30 minutos).

Material: 2x30 m


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