martes, 11 de septiembre de 2012

GORGAS DE LOS GALANTES


A finales de agosto, con el viaje a Ossola ya casi olvidado, planteé con algunos amigos el descenso de las gorgas de los Galantes, un barranco al que le tenía ganas desde hacía tiempo pero para el que no había encontrado el momento hasta ahora. Finalmente se cayeron practicamente todos de la convocatoria, y el descenso se convirtió en un mano a mano entre Didier y yo.

Las Gorgas de los Galantes son parte del río Estós, que se ve alimentado por numerosos ibones y que recoge las aguas del deshielo de los macizos de Perdiguero, al norte, y de Posets, al sur. Por ello su caudal es normalmente muy elevado, y el descenso sólo es aconsejable en agosto y septiembre. Ese caudal es, obviamente, lo que da mayor interés a este descenso de alta montaña, bastante abierto y poco pulido en sus formas. Lo mejor es que fue abierto en septiembre de 2005, una fecha en la que casi nadie esperaba ya encontrar buenos descensos por abrir.

Desde la pasarela de inicio es fácil evaluar el caudal y hacerse una idea de lo que nos vamos a encontrar. Nosotros disfrutamos de un caudal alto, pero menor que el que habíamos visto en algunas fotos y vídeos, y no tuvimos problemas.

recepción del primer rápel y pasamanos, desde la pasarela
el primer rápel (13 m) también puede saltarse























lo malo de la espuma es que no permite ver con claridad si hay profundidad o no, y hay que comprobar bien


Los rápeles son de escasa altura: el más alto de ellos, el último, mide 17 metros. Todos buscan la trayectoria por fuera del agua, aunque las recepciones no siempre son tranquilas, y en algún caso, para salir de un rápel y llegar al siguiente debe cruzarse la vena.

poza a saltar con cuidado, su fondo es irregular
flanqueando unas marmitas con mucho caudal
























Después del encadenamiento de marmitas que se ve en las fotos, aparece un breve tramo abierto, con escape a la derecha, antes del engorgamiento final. Éste empieza con una cascada fraccionada; en su poza intermedia, agitada y con corriente, hay un pitón para asegurar el acercamiento a la siguiente reunión. Tenía una cinta plana puesta, pero al cogerla me quedé con ella en la mano. Estaba destrozada...

uno de los rápeles con mas agitación en la base
buscando agarres para llegar a sitio seguro
























Luego, desde un árbol, se baja a un pasillo esquivando una peligrosa marmita, muy cerrada y con considerable movimiento en su interior. Una vez abajo, mediante un pasamanos sortearemos una zona de bloques.

bajando al pasillo final por fuera del agua, evitando una marmita de aspecto peligroso

último pasamanos, más útil en condiciones de mayor caudal


Con esto ya estaremos en el último paso del barranco, un rápel de diecisiete metros que, sin tocar el agua, nos dejará al pie de la cascada y fuera del pasillo que finiquita el descenso.

bajar descontrolado por aquí no es una opción
un grupo montando el último rápel, visto desde el mirador
























Desde luego, se trata de un descenso breve pero intenso, y dan ganas de volver a visitarlo con más caudal todavía. Ya veremos.


Datos de interés

Acceso desde: Benasque (Huesca)

Aproximación: Saliendo de Benasque en dirección norte, en unos cuatro kilómetros nos desviaremos a la izquierda, por una carretera asfaltada con indicaciones al valle de Estós. No tardaremos en encontrar un aparcamiento: dejaremos el coche, y seguiremos a pie, ahora por pista de tierra, en dirección a los Llanos de Turmo. Siempre por la principal, pasaremos por dos miradores desde los que evaluar el caudal, y finalmente llegaremos a la pasarela de inicio de las gorgas (tiempo, 1h 20 min.).

Descenso: 2 horas. Antes de ir a hacerlo, debe tenerse en cuenta que el agua está muy fría, y sobre todo, que el equipamiento es básicamente de apertura (pitones, spits) y está sometido al duro castigo de las crecidas, por lo que lo fácil será encontrarlo en mal estado. Es recomendable, pues, llevar algún que otro pitón y cuerda de más, y pensar que, si decidimos dejar algún pasamanos en fijo, el verano que viene ya no estará allí. El deshielo no perdona.

los pasamanos acostumbran a tener las cuerdas destrozadas, y algunas reuniones constan de un único pitón oxidado

Retorno: Después del último rápel, podemos remontar por la derecha hasta llegar al mirador, y desde allí deshacer el camino de vuelta (45 minutos). Esta opción es algo expuesta, por lo que puede que sea mejor seguir río abajo hasta encontrar una forma más sencilla de subir a la pista (no comprobado).

Cuerdas: 2 x 20 m.

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