domingo, 19 de junio de 2011

BARRANC DE MANYANET SUPERIOR


Este viernes amaneció gris y neblinoso, pero como dice mi amigo David de Les Bordes, si cada día que se levanta así te quedaras en casa, aquí en el Pirineo nunca harías nada. De manera que a pesar de la meteorología, cargamos las mochilas en el coche y nos dirigimos hacia el valle de Manyanet (Pallars Jussà, Lleida) para bajar el barranco que le da nombre. Se trata de un descenso siempre caudaloso (v3a4II), accesible en verano y muy delicado o imposible en primavera y deshielo. La mayoría de sus pozas no llegan a cubrir, pero con caudal elevado el agua arrastra y da serios problemas a la hora de progresar, y la goulotte o estrecho central puede ser realmente peligrosa. Estos últimos diez días había llovido bastante por la zona, de manera que cabía la posibilidad de encontrar un caudal por encima del límite. Sin embargo, tuvimos suerte. A esto hay que añadir que el reequipamiento que hizo Skpat el año pasado dejó las instalaciones alejadas del agua, y suprimió algunos cruces de vena que antes eran obligados.




El barranco está excavado en esquistos y tiene un carácter abierto en general, a excepción del tramo central. Empieza con varios destrepes, algunos de ellos inviables con este caudal y que sorteamos trepando. De esta forma evitamos el acceso al primer rápel, aunque luego hicimos los cuatro siguientes.










































Esta primera zona se remata con trescientos metros de progresión por cauce muy abierto. A la derecha, a media altura, está la pista y el párking superior, de manera que, si quisiéramos, podríamos acceder al descenso por aquí y saltarnos la primera parte. Sea como sea, lo siguiente es la zona más técnica del barranco, una goulotte estrecha y muy canalizada en la que toca un rápel de 6 metros, cruce de vena hacia la izquierda y, desde lo alto, una serie de tres rápeles de 15, 25 y 15 metros. El segundo y tercero, entrando al agua. Esta zona se ve desde la pista de acceso, de forma que puede evaluarse previamente su caudal.




























Después el cauce se abre, aunque no tanto como en la primera parte, y nos espera una larga sucesión de rápeles cortos y resaltes, algunos delicados, hasta llegar al hito de piedras que señala la salida.





























































Acceso: El Manyanet se encuentra en un lugar algo perdido. Saliendo de Pont de Suert por la carretera N-260 en dirección a La Pobla de Segur, tomaremos el desvío a Xerallo y continuaremos carretera arriba hasta llegar a las cuatro casas que forman el pueblo de Manyanet. Si apreciamos nuestro coche, lo dejaremos aparcado aquí y continuaremos a pie. Si por contra, nuestro coche nos importa un pimiento o disponemos de un 4x4, seguiremos por la pista, que empeora por momentos, hasta llegar a una cadena que cierra el paso. Ahora sí, continuaremos a pie quince minutos hasta la evidente entrada al barranco.


Retorno: Después del último rápel, saldremos del barranco tomando un sendero que sale por la derecha, señalizado con un hito de piedras. Llegaremos a una masía abandonada, y por encima de ella acabaremos saliendo a la pista del acceso. Sólo tendremos que subir o bajar por ella, en función del lugar en el que hayamos dejado el coche.

martes, 7 de junio de 2011

MAYENCOS 2011


Mayencos celebraba este pasado fin de semana su tercera edición, y era casi obligado asistir: no en vano, se ha convertido en un encuentro de referencia a nivel nacional. El lugar escogido volvía a ser Morillo de Tou y sus magníficas instalaciones, cerca de Aínsa, y el planteamiento, seguir apostando por la formación de los barranquistas ofreciendo múltiples talleres o workshops: progresión básica, progresión avanzada, autosocorro, ecosistemas fluviales, aguas vivas nivel básico y, como novedad, aguas vivas nivel avanzado y auxilio y rescate en aguas vivas.

Para la ocasión, a media tarde del viernes nos reunimos allí Carrasco, Vanesa y yo, a tiempo de disfrutar de la proyección "Trummelbach", de Mario Gastón. Más tarde llegaron David y Judit. El sábado por la mañana, nos dividimos para asistir a diferentes talleres. Carrasco y Vanesa optaron por la progresión avanzada, David y Judit por el nivel básico de aguas vivas, y yo, por el taller de aguas vivas de nivel avanzado. En mi caso, tuve la suerte de contar con Mario Gastón como docente, junto a otro instructor de la FAM; y la de disfrutar de la compañía de viejos conocidos como los amigos de la UEC de Tortosa, Saba, Albert y Oscar, y los de NKO-eXtreme, David y Alex. Por desgracia, la lluvia y los caudales existentes obligaron a cambiar el escenario previsto -el Eriste IV- por la garganta de los Pecadores, y a variar el programa del taller.













A la vuelta nos reunimos todos y asistimos a la charla "Exploraciones de cañones en México" a cargo de Chesus Montesa, un crack con el que tuve el placer de hacer en su día un curso de aguas vivas y que desde hace unos años reside en ese país latinoamericano. Tras ella, por fin pude ver entera la proyección "Gocta" sobre la apertura de la cascada peruana homónima, una de las más altas del mundo.


Finalmente, llegó la hora de la multitudinaria cena de hermandad, y a continuación, el sorteo. Judit y Carrasco se llevaron algunos regalos; David y yo, en cambio, aguantamos estoicamente hasta el final y nos fuimos de vacío, para variar. Estamos convencidos de que existe una conspiración a nivel nacional para dejarnos siempre sin premio...




El domingo por la mañana tenían lugar las master class, aunque renunciamos a ellas y a pesar de andar escasos de motivación, decidimos hacer algún descenso. Intentamos la parte inferior de la Foz de la Canal. En el párking no había coches y parecía que tendríamos suerte, pero al llegar a la cabecera, nos encontramos con diecisiete franceses haciendo un curso y colapsando las instalaciones, y dos grupos de barranquistas haciendo cola tras ellos. En vista de que no facilitaban el paso, el grupo anterior a nosotros decidió abandonar. Seguimos su ejemplo y nos fuimos a comer, dando por finalizado el fin de semana barranquista.

En resumen, y a pesar de los contratiempos, el balance no deja de ser plenamente positivo. Ya esperamos fechas para la edición de 2012...

lunes, 6 de junio de 2011

CASCADAS DE SALVASSA



Día libre y tiempo inestable... Para hacer barrancos combinando adecuadamente ambos elementos, mi colega Didier y yo escogimos el miércoles pasado las cascadas de Salvassa, uno de los clásicos de la comarca. Además, estos últimos días ha llovido algo, y su caudal, que iba ligeramente a la baja, se había vuelto a animar. Vamos, que era el momento, y decidimos aprovecharlo.

Ya he dicho que es uno de los clásicos de la comarca. Sin embargo, eso no significa que el acceso sea limpio y claro... Del camino con hitos y pintura amarilla que indican las guías ya no queda ni rastro, o al menos nunca hemos sabido encontrarlo. Varias sendas recorren la ladera por la que debemos ascender, pero parecen destinadas a la explotación maderera, y están tan cubiertas de maleza, ramas y troncos cortados que seguirlas es difícil o directamente imposible. Por ello, no queda otra que jabalinear y ascender por el bosque, procurando orientarse bien, hasta llegar a la cabecera.

Una vez arriba, el descenso empieza con un tramo de rampas abiertas y canalones. Algunas pueden bajarse como tobogán, pero con criterio y cuidado, y otras pueden esquivarse por fuera del cauce. Intercalados, encontraremos tres rápeles, de veinte, treinta y quince metros.



































Tras el último de éstos, el terreno empieza a ganar inclinación. Viene una zona de pequeñas pozas escalonadas y un rápel de 40 metros, todo ello con la carretera y el fondo del valle a la vista.





















Empieza la vertical, con varias líneas de rápel equipadas. Nosotros escogimos la más reciente, instalada por la derecha hidrográfica a base de reuniones de parabolts. Requiere cuerdas de sesenta metros. Por la izquierda encontraremos la línea de rápeles original, aunque sus instalaciones constan de viejos spits oxidados que no dan mucha seguridad.

















En un árbol montaremos el primero de sus rápeles, de 30 metros. ¿Por qué en las grandes verticales, el rápel de salida al vacío siempre se hace desde reuniones precarias? ¿Para darle más emoción? El rápel nos deposita en una reunión de parabolts situada sobre una pequeña repisa con matorrales, a la derecha. Desde ella, y sin cruzar la vena, nos espera un rápel de cincuenta metros.
















Tras el anterior, otro rápel de cincuenta metros más y llegaremos a un saliente que forma la cascada.
















Por encima y a la derecha, encontraremos la cuarta y última reunión de la vertical, que nos llevará hasta el suelo unos cuarenta metros más abajo. Deja con un buen sabor de boca, porque es el más estético y vertical de todos, y además cuenta con un pequeño volado.





















Después de recoger las cuerdas y mirar hacia arriba por penúltima vez, remontamos a la derecha y salimos a un mirador. Desde ahí contemplamos otra vez las cascadas, y luego y en apenas cinco minutos volvimos al aparcamiento, donde nos cambiamos en medio de una buena ventolera y a 9ºC según el coche. Menos mal que estamos en junio...







Related Posts with Thumbnails