Este fin de semana pasado nos hemos vuelto a reunir los tres amigos de siempre, David, Manu y yo, para barranquear. Y para rememorar veranos pasados, hemos quedado con Natxo, Bernat y Jordi, con los que no habíamos vuelto a compartir descensos desde aquella semana de agosto en los Alpes Marítimos. La idea era hacer barrancos con patio: volver a la Foz de la Canal y conocer su vecino Gallinés Inferior. Y si se podía complementar con algún otro, pues mejor. Sin embargo, el sábado la lluvia nos hizo cambiar de planes, y en vista de la que estaba cayendo entre Aínsa y Bielsa, huimos hacia el sur y decidimos atacar algo corto: el clásico Abizanda.
Tomando como referencia la población de Aínsa (Huesca), saldremos en dirección Barbastro por la carretera A-138. Pasado el acceso a Abizanda, al poco veremos a la derecha un aparcamiento con mesas y un cartel indicador, justo antes del puente que cruza el barranco. Dejaremos el coche aquí y nos equiparemos, ya que el acceso es inmediato. A pie, cruzaremos la carretera y bajaremos al cauce.
El descenso, sencillo pero bonito, nos llevará a atravesar tres primeros estrechos, breves y de escaso desnivel, separados por zonas abiertas, antes de llegar a un cuarto y definitivo encajamiento en el que se concentra todo su interés y belleza. Haremos un par de rápeles, de 10 y 6 metros, en una zona de oscuros que para nosotros fue una agradable sorpresa.
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