Una vez en el coche, después de bajar La Bollène, miramos el reloj. ¿Las dos y pico? Da tiempo de bajar otro. No todo el mundo tenía ganas, pero ya que estamos aquí... David y Carrasco decidieron colgar los trastos por el momento, pero nos acercaron a Frank y a mí a la cabecera del Imberguet, un descenso muy bien valorado y que, a causa de su fuerte estiaje, lleva un caudal ideal en primavera. Es decir, ahora.
Partiendo de La Bollène-Vésubie, debemos tomar la carretera D2565 en dirección a Niza. Tras unos kilómetros, y al poco de superar la población de Saint-Jean-la-Rivière, pasaremos un túnel y encontraremos a la derecha el aparcamiento de salida. A la izquierda, cruzando el río, veremos el puente por el que haremos el breve retorno. Dejaremos aquí el primer coche, y con el segundo volveremos atrás, hasta el cruce de la D2565 con la D19, para tomar esta última en dirección a Duranus. Seguiremos durante unos pocos kilómetros, hasta llegar a las casas de Calençon. Después de aparcar aquí nuestro segundo coche, tomaremos el sendero correspondientemente señalizado y bajaremos al cauce en apenas cinco minutos.
Los primeros trescientos metros de barranco son abiertos, y sus cascadas están equipadas con pasamanos y peldaños metálicos para descender sin tocar el agua. Según explica un cartel indicativo, se prohibe entrar en las pozas a lo largo de esta primera parte para proteger a los cangrejos de río que viven en ellas.
Sin embargo, superado este tramo el cauce se cierra y se disfruta de un descenso bonito, divertido y de mucha continuidad, repleto de pequeños saltos y toboganes, aunque también con sus rápeles. Los dos primeros, de 8 y 17 metros, llevan algo más allá a un pasillo estrecho...
... en el que encontraremos un tobogán de unos cuatro metros. Tras él, continuaremos progresando entre las altas paredes de este barranco...
... y después de algún que otro resalte, encontraremos el siguiente rápel, de 12 metros.
Después bajaremos otra cascada, de 24 metros según las reseñas, que nos dejará en las ruinas de una antigua presa. Aquí encontraremos un escape, por la orilla izquierda.
Sin embargo, el final del descenso no anda lejos: unos destrepes y un último rápel, de 15 metros, nos llevarán hasta el punto en el que las paredes del barranco se abren.
Las reseñas marcan un tiempo de descenso de tres horas, aunque a nosotros nos llevó menos de dos. Viendo ya muy cerca el río Vésubie, por la izquierda seguiremos un sendero que nos subirá al puente, a la carretera y a nuestro coche (retorno, 5 min.).
Partiendo de La Bollène-Vésubie, debemos tomar la carretera D2565 en dirección a Niza. Tras unos kilómetros, y al poco de superar la población de Saint-Jean-la-Rivière, pasaremos un túnel y encontraremos a la derecha el aparcamiento de salida. A la izquierda, cruzando el río, veremos el puente por el que haremos el breve retorno. Dejaremos aquí el primer coche, y con el segundo volveremos atrás, hasta el cruce de la D2565 con la D19, para tomar esta última en dirección a Duranus. Seguiremos durante unos pocos kilómetros, hasta llegar a las casas de Calençon. Después de aparcar aquí nuestro segundo coche, tomaremos el sendero correspondientemente señalizado y bajaremos al cauce en apenas cinco minutos.
Los primeros trescientos metros de barranco son abiertos, y sus cascadas están equipadas con pasamanos y peldaños metálicos para descender sin tocar el agua. Según explica un cartel indicativo, se prohibe entrar en las pozas a lo largo de esta primera parte para proteger a los cangrejos de río que viven en ellas.
Sin embargo, superado este tramo el cauce se cierra y se disfruta de un descenso bonito, divertido y de mucha continuidad, repleto de pequeños saltos y toboganes, aunque también con sus rápeles. Los dos primeros, de 8 y 17 metros, llevan algo más allá a un pasillo estrecho...
... en el que encontraremos un tobogán de unos cuatro metros. Tras él, continuaremos progresando entre las altas paredes de este barranco...
... y después de algún que otro resalte, encontraremos el siguiente rápel, de 12 metros.
Después bajaremos otra cascada, de 24 metros según las reseñas, que nos dejará en las ruinas de una antigua presa. Aquí encontraremos un escape, por la orilla izquierda.
Sin embargo, el final del descenso no anda lejos: unos destrepes y un último rápel, de 15 metros, nos llevarán hasta el punto en el que las paredes del barranco se abren.
Las reseñas marcan un tiempo de descenso de tres horas, aunque a nosotros nos llevó menos de dos. Viendo ya muy cerca el río Vésubie, por la izquierda seguiremos un sendero que nos subirá al puente, a la carretera y a nuestro coche (retorno, 5 min.).
2 comentarios:
Hola Xavier, apenas pudimos hablar. Quizá más otra vez. Lo primero, ya lo hablé con David y lo he comprobado en tu blog, tenéis que volver al Formiga!! Rapelásteis el tobogán, rapelásteis el salto, y os saltasteis un sumidero y el "culo del Formiga". Así que me llamais si os dejáis caer por Guara de nuevo y os da por volver. Y segundo, me dijo David algo de que editabas el libro de Gorgs? yo había bebido algo y no me acuerdo mucho... jaja. Bueno como no hemos salido de Guara jamás... a parte del Viu de Llevata que más nos recomiendas? Gracias!! un abrazo
Hola Edgar! Pues sí, hablamos poquísimo, y eso que estábamos uno delante del otro... Habrá que subir a Guara y quedar contigo, jeje. Te tomo la palabra.
En cuanto al libro del Gorgs, pues sí, estoy en el ajo... Aparte del Viu de Llevata es interesante el Erta (fácil), y si buscáis algo un poco más técnico, el Manyanet. Hay muchos, depende de tus preferencias, aunque la zona no es Guara, eh? ;)
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