domingo, 11 de abril de 2010

TORRENT DE RENTADORS


Viviendo cerca de Barcelona, descender barrancos significa muchas veces cargar las mochilas en el coche y hacer un montón de kilómetros. Sin embargo, en las primeras guías de barrancos sobre Cataluña, aquellas que en los 90 escribieron Alex Batllori, Edu Gómez o Pere Miralles, aparecen muchos descensos situados en la provincia de Barcelona o limítrofes con la misma. Tampoco nos vamos a engañar: estando tan cerca de la capital catalana y de muchos barranquistas potenciales, el hecho de que la mayoría de esos descensos duerman en el olvido es bastante sospechoso. Aún así, muchas veces me gusta aventurarme en alguno de ellos; nunca se sabe...

El parque natural del Montseny es una de esas zonas en las que podemos encontrar varios barrancos reseñados. Muy cercanos a Viladrau tenemos los torrentes de Rentadors, de l'Erola y de l'Oratori, afluentes todos ellos de la Riera de Sant Segimón (cuenca del río Ter). El primero de ellos parecía de interés, así que Manu y yo nos planteamos el descenso hace un tiempo y la semana pasada, aprovechando la fusión de la nieve que quedaba en el macizo, fuimos a descenderlo. Acertamos con el momento escogido y disfrutamos de un buen caudal, aunque el agua estaba muy fría.

Para llegar, y tomando como referencia la ciudad de Granollers, saldremos de ella por la C-17 en dirección a Vic, y después de superar Hostalets de Balenyà, tomaremos la salida Seva-Tona Sud. Continuaremos en dirección a Seva (ctra. BV-5303), la atravesaremos y al llegar a una bifurcación, torceremos a la derecha en dirección a Viladrau (ctra. GI-520). No llegaremos a esta última población: pasado el punto kilométrico 2 veremos a la izquierda el restaurante "La Solana", con las paredes pintadas de color teja. Llegando a él, sale por la derecha una pista de tierra, que tomaremos a pesar del cartel que reza "finca privada". Seguiremos siempre la principal, hasta llegar a una verja de hierro que cierra el paso. Ahí dejaremos el coche, procurando que no moleste, y continuaremos a pie. Al poco, siguiendo la principal, la pista se bifurca: tomaremos el ramal de la izquierda y lo seguiremos, pasaremos por la masía de Can Bosc y llegaremos a la ermita de l'Erola. Siguiendo recto, la pista se convierte en un camino bien trazado que se dirige al Santuario de Sant Segimón, bien visible en lo alto. Pasaremos por un oratorio, cruzaremos el torrente de l'Oratori y subiremos zigzagueando hacia el santuario. Antes de llegar a él, el camino se desvía a la derecha, pasa bajo sus ruinas y sale finalmente a una pista. Al poco de llegar a ella, en un espolón rocoso con tres cruces en lo alto, nos saldremos por la derecha y descenderemos hacia el cauce por un sendero poco trazado (1h 30 min).















Una vez en el agua, nos daremos cuenta rápidamente de lo resbaladizo del cauce. El descenso se caracteriza por su discontinuidad. Inicialmente, tras unos resaltes y una rampa, encontraremos dos rápeles de 7 y 16 metros aproximadamente. Luego viene un largo trecho de resaltes hasta encontrar el siguiente rápel, y tras él, unos cuatrocientos metros de destrepes y más resaltes que pueden hacerse bastante aburridos, a pesar de tener un par de saltos y algunos toboganes. Sacaremos entonces las cuerdas y bajaremos cuatro rápeles de entre 7 y 21 metros, y después... otros ciento cincuenta metros de resaltes hasta llegar a los dos rápeles finales, que también son los más largos: 30 y 24 metros.




















































































Después del último rápel, debemos continuar por el cauce más de trescientos metros y superar la confluencia con el torrente de l'Oratori. Sortearemos diferentes resaltes y, a medida que el cauce se abre y la vegetación lo envuelve, varios zarzales. Antes de perder la paciencia con ellos -o después-, veremos por la derecha la pista en la que finalizaremos el descenso. Siguiéndola, bordearemos varios prados y llegaremos finalmente a la verja de hierro y el coche.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Joder...porque me dijisteis que era algo "truñelbach" el barranco, pero en las fotos mola.

Xavi Guerrero dijo...

Sí, en las fotos parece guapo... y la verdad es que depende de lo que esperes de él. A mí se me hizo bastante pesado, supongo que porque esperaba más, hacía frío y al ser tan resbaladizo, la progresión se me hacía demasiado lenta. Los rápeles no están mal, y menos con este caudal, pero los tramos intermedios de pateo se me hicieron demasiado largos. Y hombre, el barranco anterior había sido Sa Fosca, así que ya me dirás... ;)

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