Efectivamente: nada más instalarnos en la isla (ver presentación del viaje) volvimos a subirnos al coche, y para aprovechar la tarde nos acercamos a este rápido descenso. Nos costó algo llegar, ya que parecía estar celebrándose una etapa de la Vuelta Ciclista a Alemania por las carreteras de la Serra de Tramuntana. Una vez en el sitio disfrutamos de un buen caudal, que le daba un aspecto magnífico al Salt des Freu y a todo el barranco en general.
Para llegar hasta este torrente, debemos tomar como referencia la carretera PM-210 entre Bunyola y Orient. Entre los kilómetros 8 y 9 de esta vía encontraremos unos corrales y unas casas. Aparcaremos el coche y tomaremos una pista descendente, que nos llevará hasta el Salt des Freu -primer rápel- en apenas 15 minutos. Tanto este salto como el siguiente rápel son evitables y se encuentran distanciados del resto del descenso, pero merecen la pena, sobre todo en estas condiciones.
Tras ellos, avanzaremos por un cauce que se irá estrechando progresivamente, y entraremos en la parte deportiva del torrente, con diferentes rápeles de corta altura, destrepes y algunos saltos. Algunas pozas son aparentemente saltables, pero esconden bloques que nos pueden aguar la fiesta si no apuntamos muy bien. Ojo.
Tras los últimos destrepes, llegaremos a un ensanchamiento del cauce, y a la izquierda veremos una puerta de tela metálica y un sendero. Por aquí llegaremos a un camino que seguiremos hacia la izquierda, y que nos llevará de nuevo al inicio del descenso y al coche en unos 45 minutos. Sin embargo, una opción bastante habitual es remontar el torrente, ya que sus pequeños rápeles no causan muchos problemas.