Después del Artigue o el Subra, es casi obligatorio descender el Marc y rematar el día. Se trata de un pequeño cañón de apenas 300 metros de longitud, que sin embargo está bien formado, presenta buen caudal y merece la pena. El coche se deja en el aparcamiento acondicionado junto al río del pueblo de Marc, y la aproximación apenas nos lleva diez minutos.
Igual que el Artigue, este descenso presenta múltiples instalaciones en cada cabecera, que proporcionan diferentes líneas de rápel a escoger. En la primera cascada tenemos una tirolina de cable, que nos lleva a la orilla izquierda y sus instalaciones. Podemos escoger entre rapelar a la espuma de la recepción desde un árbol, o alejarnos un poco más y rapelar fuera de todo peligro (mejor con caudal alto). Sin embargo, también podemos ignorar la tirolina y rapelar por la derecha hidrográfica, hasta una repisa en la que encontraremos otra instalación algo precaria (¿pitón y cinta?), desde la que descolgarnos por todo el chorro. Esta opción es bastante más expuesta.
El siguiente rápel también presenta instalaciones a izquierda y derecha, y el tercero, que se realiza desde la izquierda, puede hacerse hasta el agua o bien hasta una repisa desde la que parte un pasamanos que nos sacará de la poza sin mojarnos.
Tras esto sólo nos quedan un par de saltos, ya bajo las primeras casas del pueblo y su puente, y salir del cauce practicamente al lado del coche. Habremos tardado menos de una hora en bajar el barranco.
Hay que destacar que estamos ante un barranco regulado, por tener presa en cabecera y padecer sueltas de agua periódicas. Su descenso está prohibido del 15 de octubre al 1 de marzo, y en época permitida debe hacerse dentro de los siguientes horarios:
Igual que el Artigue, este descenso presenta múltiples instalaciones en cada cabecera, que proporcionan diferentes líneas de rápel a escoger. En la primera cascada tenemos una tirolina de cable, que nos lleva a la orilla izquierda y sus instalaciones. Podemos escoger entre rapelar a la espuma de la recepción desde un árbol, o alejarnos un poco más y rapelar fuera de todo peligro (mejor con caudal alto). Sin embargo, también podemos ignorar la tirolina y rapelar por la derecha hidrográfica, hasta una repisa en la que encontraremos otra instalación algo precaria (¿pitón y cinta?), desde la que descolgarnos por todo el chorro. Esta opción es bastante más expuesta.
El siguiente rápel también presenta instalaciones a izquierda y derecha, y el tercero, que se realiza desde la izquierda, puede hacerse hasta el agua o bien hasta una repisa desde la que parte un pasamanos que nos sacará de la poza sin mojarnos.
Tras esto sólo nos quedan un par de saltos, ya bajo las primeras casas del pueblo y su puente, y salir del cauce practicamente al lado del coche. Habremos tardado menos de una hora en bajar el barranco.
Hay que destacar que estamos ante un barranco regulado, por tener presa en cabecera y padecer sueltas de agua periódicas. Su descenso está prohibido del 15 de octubre al 1 de marzo, y en época permitida debe hacerse dentro de los siguientes horarios:
- del 1 de marzo al 1 de junio, de 9 a 17 h.
- del 1 de junio al 15 de octubre, de 9 a 18 h.
La reglamentación completa puede verse en Descente-Canyon. Tened en cuenta también que se trata de un barranco muy frecuentado. Nuestra intención era bajarlo tras el Artigue, a mediodía, pero desistimos al ver la treintena de personas que teníamos delante. Volvimos a última hora y lo hicimos en solitario, aunque la luz que quedaba no permitió demasiadas fotos...
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