domingo, 22 de junio de 2008

BARRANQUISMO EN EL QUIOSCO (V)

Ya está en los quioscos y librerías especializadas el número 877 (junio de 2008) de la revista Muntanya, publicación bimensual del Centre Excursionista de Catalunya. Y un número más nos obsequia con un buen artículo de barrancos. Alex Batllori, uno de los pioneros del barranquismo en Catalunya y aperturista de un buen número de descensos en esta comunidad, firma las cuatro páginas que en esta ocasión la revista dedica a Tres barrancs a la Vall d'Aran i l'Alta Ribagorça:
  • Barranc de la Soala i Salt del Pish
  • Barranc de Llauset
  • Barranc d'Anyera
Los tres fueron abiertos por A. Batllori a finales de los ochenta y principios de los noventa. Lo mejor de todo es que este artículo puede descargarse en formato PDF desde la web de la revista: una opción interesante dado que la bibliografía sobre estos tres descensos es escasa.

sábado, 21 de junio de 2008

BARRANCO DE CONSUSA INFERIOR

Más días de fiesta entre semana; esta vez he aprovechado para irme a la zona del valle de Añisclo, límite oeste del parque nacional de Ordesa-Monte Perdido, en compañía de mi amigo Manu. El objetivo era aprovechar lo que queda de las últimas lluvias y descender el Barranco de Consusa Inferior, que todavía no conocía, y volver a bajar otros como el Gloces o el Viandico, que según los últimos informes de caudales del foro de Cañones y Barrancos iban perfectos de agua.

Así, el primer día nos metimos en el Consusa Inferior. Es un barranco de gran continuidad, con unos diecisiete rápeles que se encadenan sin apenas espacios intermedios. Nosotros lo encontramos con caudal bajo pero con las pozas llenas, lo que nos permitió algunos toboganes y saltos.

En la primera mitad del descenso existen dos marmitas trampa, que en condiciones de caudal mínimo o inexistente requieren de cadenas y cuerdas para salir de ellas. Nosotros las encontramos llenas de agua, y en la segunda la instalación de salida se encontraba completamente sumergida.















A partir del rápel de la cueva el caudal menguaba considerablemente, siendo de un hilo de agua entre algunas pozas que sin embargo se mantenían llenas y limpias. Esta cueva, que en ante deshielo y lluvias actúa como surgencia, en el resto de ocasiones funciona como sumidero por el que desaparece buena parte del caudal del barranco (ver bibliografía más abajo).


















































































El final del descenso es de los que dejan buen sabor de boca, con un rápel volado de 30 metros que nos deja en la poza final y el camino de retorno.


















Una vez finalizado el descenso, nos acercamos a la salida de la Garganta de Escuaín, a apenas 10 minutos del final del Consusa Inferior. Así iba, con un caudal alto pero factible, por el carácter bastante abierto del cauce que permite evitar los problemas:


















BARRANCO DE VIANDICO


El segundo día planeamos el descenso del barranco de Viandico en combinación con la cueva del Moro o del Molino de Aso, y posteriormente la Garganta de las Gloces.

Para el Viandico, dejamos el coche en el párking de San Urbez, y unos amables franceses nos subieron en su Land Rover hasta poco antes del Flagueto. Comprobamos que este afluente iba seco, así que bajamos por el sendero que lleva a Sercué, y entramos en el cauce a la altura del puente de la Espucialla. Ya desde aquí, el espectáculo prometía: agua abundante y pozas de un intenso color verde. Es un descenso sencillo, pero muy estético y digno de al menos una visita.






















Al poco de comenzar el descenso desde el puente, llegamos a un caos y un par de grandes pozas que en estiaje se encuentran secas, pero que en esta ocasión estaban completamente llenas y permitían saltos de unos 8-9 metros. El siguiente rápel, saltable desde la derecha, presentaba mucha agitación en la base de la cascada.

















Tras esto llegamos a la zona de las surgencias, entre ellas una de las bocas de la cueva del Moro. A partir de aquí, el caudal se animaba considerablemente, y en multitud de resaltes se apreciaban rebufos y pequeños sifones. Sin embargo, el carácter abierto del cauce permite ignorar todos esos pasos sin apenas darnos cuenta.






















Llegamos al final del descenso, pero antes de hacer el último rápel tomamos el camino que desde el puente asciende a la derecha para ponernos los frontales y adentrarnos en la Cueva del Moro. Silvia, Oskkar y yo la recorrimos por primera vez (en sentido inverso) en noviembre de 2005, en compañía de los amigos del Grupo de Montaña San Jorge de Zaragoza. Tras una amplia galería, se llega a una sala desde la que, arriba y por la derecha, se accede a una nueva galería, esta vez de techo muy bajo, por la que debemos arrastrarnos para acabar saliendo al barranco de Viandico en la zona de las surgencias. En esta ocasión, nosotros nos limitamos a recorrer la primera galería, hasta la sala, y dar media vuelta.














Tras ello, volvimos a la parte final del barranco, digna de los mejores descensos. La poza del último rápel está repleta de grava, por lo que la profundidad puede variar. El agua no estaba clara, pero desde lo alto se veía perfectamente el fondo en algunos tramos. No nos arriesgamos a saltar y montamos rápel. Una vez abajo, comprobamos que para saltar hay que apuntar muy bien: en algunas zonas cubre de sobras, pero en otras no cubre más de metro y medio.






















GARGANTA DE LAS GLOCES


Tras el Viandico, comimos algo y nos acercamos a Fanlo, a rematar el día descendiendo esta pequeña pero preciosa garganta. Estamos ante un descenso de escasa dificultad pero de gran valor estético, y a pesar de la brevedad merece la pena visitarla. En el rápel de entrada ya se apreciaba el buen caudal que llevaba, perfecto para disfrutar del descenso pero insuficiente para crear problemas.



















Tras este rápel, destrepamos todos los restantes excepto uno de los últimos.




























































Bellós inferior (desfiladero de las Cambras)


Mientras recorríamos el desfiladero de las Cambras camino de San Urbez y de Fanlo, y luego a la vuelta, paramos muchas veces para disfrutar de los bonitos rincones de este cañón. Su descenso, prohibido por estar dentro del Parque Nacional, es largo (aproximadamente siete horas), y consiste básicamente en nadar por los largos pasillos que pueden observarse desde la carretera.









































Como curiosidad, en un punto de la carretera podemos observar, en la pared, una placa indicativa de la cota que alcanzó el caudal en la crecida del 21 de octubre de 1977. ¡El nivel subió más de 10 metros en algunos puntos!
















Bibliografía

  • 50 Barrancos del Pirineo. Los descensos más bellos. José A. Ortega y Miguel A. Cebrián, Ed. Desnivel 2006.
  • Guía de descenso de cañones y barrancos. Pirineos. Eduardo Gómez y Laura Tejero, Ed. Barrabés 2002.
  • Huesca. Cañones y barrancos, Tomo 2. Pirineo. Fernando Biarge y Enrique Salamero, 1991.

domingo, 8 de junio de 2008

BARRANCO DE SACS

Este fin de semana hemos optado por acercarnos al valle de Benasque. Eriste, Galantes y similares aún llevan demasiado caudal como para aventurarse en ellos, así que Juanma, Laia y yo hemos optado en esta ocasión para descender uno de sus vecinos, difícil de encontrar con agua: el Barranco de Sacs.




















Se trata de un barranco de carácter abierto en general, que lleva agua cuando los demás están imposibles. Su acceso es duro pero proporciona bonitas vistas, sobre todo desde el collado de Ixeia.

























Tiene multitud de rápeles y es muy resbaladizo. Su inicio es abierto y los primeros rápeles se desarrollan en rampas sin mucho interés, aunque tiene puntos emocionantes siempre que se haga
con agua.









































Algunas instalaciones son delicadas por lo resbaladizo de la roca, pero tienen anclajes suplementarios que permiten montar pasamanos recuperables para llegar hasta ellas. Tras los primeros rápeles y una zona de resaltes el barranco se engorga, aunque sin llegar a estrecharse demasiado, y el agua se concentra.





















































La última parte del descenso se abre al valle de Benasque, que podemos ver más abajo. Rematan el barranco tres rápeles de 25 metros, el primero de los cuales forma un divertido "rulo" que añade un punto emocionante al descenso.










































Más información


No hay reseñas de este barranco en internet, al menos por ahora. Encontraremos los datos necesarios para su descenso en:

  • Guía de descenso de cañones y barrancos. Pirineos. Eduardo Gómez y Laura Tejero, Ed. Barrabés, 2002
  • Aragón. Gargantas y barrancos 2. Pirineo central. Fernando Biarge y Ana Biarge, 1991


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