Después de hacer el Formiga, bajar el Mascún es una buena forma de despedirse de Guara... hasta la próxima. Aquí estamos ya ante un descenso más físico, por el total de horas a emplear para su aproximación, descenso y retorno. Más aún si se empieza a caminar prácticamente a 0º centígrados... aunque la ventaja de ello es que la costera de Otín se hace mucho más llevadera con temperaturas más bajas. Vamos, que no se tarda en entrar en calor.
Por otro lado, ya tenía ganas de volver a este descenso, pero esperaba una buena oportunidad. De la primera vez hacía ya varios años, y la segunda vez, un puente de mayo de 2006, aquello parecía las Ramblas de Barcelona. Nada que ver con esta vez, en que mis compañeros y yo hemos podido disfrutar del descenso en soledad...
Para la aproximación debemos acercarnos hasta el pueblo de Rodellar, al final de la carretera HU-341 que sale desde Bierge (18,5 km). Hay que dejar el coche en el párking acondicionado en el pueblo -algo difícil en plena temporada-, y avanzar entre las casas por la calle principal, hasta llegar a unos carteles indicativos sobre los descensos de la zona. Por la derecha de éstos, bajaremos para cruzar un pequeño torrente y subir a las casas de enfrente. Veremos un poste indicador a las Fuentes del Mascún, y seguiremos por la izquierda de éste, por un camino que sigue unas gradas y acaba bajando al cauce. Ya en él, lo iremos remontando cruzándolo varias veces. Pasaremos las fuentes del Mascún, y continuaremos avanzando siguiendo los postes indicadores siempre en dirección a Otín.
Con la Cuca de Bellostas y la Ciudadela ya a la vista, subiremos por la costera de Otín, y luego avanzaremos por sendero trazado hasta el pueblo abandonado de Otín, en esta ocasión habitado únicamente por cabras. Superaremos un primer grupo de ruinas, y al llegar al segundo lo cruzaremos en dirección este (derecha), donde tomaremos una pista amplia. Más adelante, llegaremos a un collado en el que la pista gira a la izquierda. Aquí seguiremos un sendero por la derecha, que nos acabará llevando al inicio del descenso (2h 30 min - 3h.).
Tras esta larga pero bella aproximación, al fin estamos en el cauce, ante la primera dificultad: el Saltador de las Lañas. Un par de saltos a las primeras pozas, y luego un rápel de 20 m.
Después de esto el cauce forma un amplio espacio, en el que aún podemos pensar en abandonar: por la derecha, podemos dejar el cauce y salir por las cornisas, que nos llevarán hasta el camino de acceso bordeando el barranco de Raisén. Obviamente, también se pueden utilizar para acceder al descenso por este punto. Luego vienen las cascadas de Peña Guara, rápel + salto + rápel, tras las cuales el cauce vuelve a ganar amplitud brevemente.
A continuación el barranco vuelve a estrecharse, y llegamos a los oscuros de Otín: una sala semisubterránea y pasillos estrechos, varios rápeles y un ambiente magnífico, espectacular.
Continuaremos avanzando por el cauce durante un buen trecho; después de pasar el Puntarrón y superar el caos del Onso, se nos unirá el barranco de Otín por la derecha hidrográfica, y daremos por finalizado el descenso como tal.
El retorno consiste en continuar río abajo hasta encontrar de nuevo el camino de acceso. Sobre nuestras cabezas veremos la ventana de roca conocida como el delfín. Con suerte, disfrutaremos viendo como alguien escala su techo.
Rebuscando mientras acababa de escribir estas líneas, he encontrado otro blog con un interesante artículo sobre la toponímia del Mascún. Casualmente, hemos acabado nuestros artículos con fotos calcadas...
3 comentarios:
¡¡qué bonito está!!
Ya tengo ganas de pillarlo así.
Saludos...
como mola tio,ya empieza la temporadaaaaa.
nos vemos
Pues sí, ya empieza, pero el agua por estas tierras aún está heladaaaaa... aunque merece la pena!!
Saludos a los dos...
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