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viernes, 16 de mayo de 2014

RUISSEAU DE ZIOCU


Córcega, 18 de abril. El viaje tocaba a su fin. Nos quedaba jornada y media en la isla, pero el que hiciéramos ese día acabaría siendo el último descenso, y en la lista de objetivos, que había sufrido algún cambio sobre la marcha, sólo quedaba uno por tachar: el Ziocu. Conscientes de que es un barranco caudaloso más propio del verano, lo habíamos ido dejando para el final, con la idea de ir valorando a través de los caudales de los demás si podríamos acabar bajándolo o no. Y allá que fuimos.

Una vez sobre el terreno, el Ziocu fue el más caudaloso de los barrancos que descendimos en Córcega, aunque no se mostró tan temible gracias a (o a pesar de) que el punto más peligroso simplemente se evita por completo, y a que las paredes, que nunca llegan a ser demasiado altas, no dan aquella sensación de enclaustramiento de otros descensos.

En sus inicios estamos ante un descenso bastante abierto, que incluso tiene unos diez minutos de marcha por el cauce sin interés, pero que luego forma un bonito estrecho de interés sostenido, con varios rápeles encadenados y caudalosos de diferente dificultad.

pasillo inicial, tras un tramo de marcha
R 8m, tercero del descenso


R 8m. Pese a las apariencias, se salva bastante bien

En este estrecho, el punto culminante es -o debería ser- la cascada de veinte metros. El descenso por el activo siempre es lo más interesante, pero con lo encajado de la cascada y el volumen de agua de nuestro descenso lo vimos inviable. Para evitarla, a la derecha existe un largo pasamanos que crestea la pared y permite rapelar a la poza, o saltar a ella desde donde nos convenga.



evitando la cascada de 20 metros mediante el pasamanos


A continuación viene un pasamanos más un rápel de diecisiete metros. El rápel es en seco, pero luego hay que cruzar su poza, quizá el paso más juguetón y espectacular con este caudal.

Antes de los siguientes rápeles, tras unos bloques, encontraremos una viga de acero doblada como si fuera de alambre. Es algo que ya hemos visto en otros barrancos, como por ejemplo en el Combra-Val Malvaglia, pero no deja de sorprender de lo que es capaz el agua.


cruzando con decisión la poza del R 17m
viga o raíl doblado por la fuerza del agua


A partir de aquí, el cauce se ensancha un poco. Tenemos por delante un rápel de 13 metros y otra cascada fraccionada en dos de 5 y 17 metros, todos ellos sin complicaciones.

rápel de 13 metros rozando el agua


el  R 13m visto desde abajo
rápel de 17 metros, completamente en seco


Después del rápel de 17 metros y su pasillo, el cauce se abre más y comienza un tramo de marcha por el río. Al disponer de un sólo coche, finalizamos aquí nuestro descenso y tomamos el sendero de retorno al aparcamiento (ver más abajo). De todas maneras, dudo que nos perdiéramos mucho río abajo...

A realizar sin dudar, sobre todo con buen caudal.


Datos de interés

productos típicos: los barrancos y la cerveza a la castaña
Cotación: v3 a3 III

Acceso desde: Soccia (Córcega, Francia)

Aproximación: Desde esta población, seguiremos las indicaciones al lago de Creno (Crenu en corso). La carretera finaliza en un aparcamiento con un bar sin lavabo, un café que te hace desear ir rápido a uno y una gran cruz metálica en lo alto. Aparcaremos y continuaremos a pie por la pista hasta llegar a un puente que cruza nuestro descenso. Entraremos por aquí. 25 minutos.

Descenso: 3 h 30 minutos

Retorno: Si hemos venido con dos coches, tras el último rápel caminaremos media hora por el cauce hasta llegar a una pasarela. Por la derecha llegaremos a Soccia en 15 minutos, donde habremos dejado un vehículo.

Combinación de coches: Necesaria para hacerlo entero. Si sólo disponemos de un vehículo, tres rápeles después de la cascada de 20 podemos tomar un escape muy empinado -a tramos hay que trepar-, señalizado con pintura roja, que devuelve al párking de acceso en 15 o 20 minutos. De esta forma nos perdemos los dos últimos rápeles, pero nos ahorramos media hora de pateo por el cauce. Que cada cual valore.

Material: Cuerdas, 2 x 30 m

Observaciones: Agua muy, muy fría


Fotos: Bernat Castells, Xavier


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